“Estás desorientado y no sabés que trole hay que tomar para seguir…..” . Los versos que inmortalizara el Polaco parece que estaban escritos expresamente para este momento de Boca.
Si alguien se fue hace unos meses del país y tuvo cero contacto con la actualidad futbolística, volvió ayer y miró la derrota 0-2 de Boca ante All Boys, quedó convencido que sigue Alves de técnico y el desastre del primer semestre continúa a pleno.
Así sin más ni más fue lo de Boca ayer. Paupérrimo con todas las letras. Nunca estuvimos cerca de ganar, nunca cerca de incomodar, ni pensar en empatar una vez que estuvimos en desventaja. El nivel individual de casi todos es tan bajo que ya no da para agregar nada más. El sistema de juego no puede ni ponerse en tela de juicio, porque lo que se debe discutir en todo caso es si Boca ayer tuvo algún sistema de juego.
Así las cosas el panorama es negro tirando a más oscuro. Tres fechas, un punto. Asoma Vélez en el horizonte. “El partido del próximo domingo será decisivo en muchos aspectos”, dijo Borghi palabras más, palabras menos, dando a entender que en caso de una nueva derrota daría un paso al costado.
Pocas veces en los últimos años, un técnico dispuso a su antojo de los refuerzos que solicitó (salvo Fierro llegaron todos) y de las renovaciones que pidió (preguntale a Bianchi, Ischia, Russo, etc. si le trajeron todo lo que pedían), se propuso reinventar la historia, en eso está, pero le está costando demasiado. El ultimátum de anoche parece más dirigido a despertar a sus “players” que a otra cosa, pero el hombre es esclavo de sus palabras y si lo que ninguno queremos que suceda dentro de seis días pasa, la tormenta perfecta se puede desatar en La Boca.
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