14/8/10

Con veinte minutos no alcanza

   Si lo que estuviéramos analizando ahora fuera un partido de pretemporada, haríamos foco en los primeros veinte minutos del partido. Ahí se vio lo mejor de Boca. Suponemos que es precisamente eso lo que quiere Borghi para todo el partido. Battaglia y Medel dominaban el medio, el equipo tenía salida por los dos laterales con Méndez por derecha y Clemente por izquierda, Escudero lastimaba con la gambeta y se atrevía a encarar y tirar de afuera, Viatri se movía e inquietaba. Y así de arranque nomás llega el gol, de muy buena factura, Méndez combina con Viatri, llega al fondo y tira el centro para Martín que le erra a la pelota, Clemente llegando vacío por el otro la toma y centrea preciso para Viatri que la coloca de cabeza en el segundo palo de un arquero impotente. Todo daba para el festival, pero todo duró 20 minutos.

    A partir de ese momento, Boca comenzó a retroceder, las llegadas comenzaron a espaciarse, Clemente ya no llegaba tanto, Méndez se embarullaba solo, Escudero empezó a desaparecer y los dos 9 carecían de abastecimiento. De a poco Rácing empezó a dominar la pelota y a meterse en nuestro campo, sin preocupar demasiado, pero…..

   A los treinta una jugada que a esa altura parecía tener poca importancia. Cáceres le mete un planchazo c r i m i n a l a Viatri detrás de la rodilla, solo porque lo agarra en el aire no lo rompió. El arbitro solo amonesta cuando era roja y prisión. Esta jugada anecdótica deja de serlo cuando al comienzo del segundo tiempo, el mismo Cáceres que a esa altura debía estar duchado y cambiado en le vestuario convierte el segundo y definitivo gol de la Academia.

   A los treinta y cinco en su segunda llegada neta (la primera un tiro fuerte de afuera de Cahais), Rácing logra el empate. Un tiro libre que centrean a media altura, un anticipo en el primer palo y Yacob entrando por atrás de todos, no menos de medio metro adelantado, aprovecha el rebote en el palo y convierte. ¿El árbitro de línea?, bien gracias, siga, siga.

   El segundo tiempo, sin cambios al comienzo fue más de lo mismo, con el agravante que en un contragolpe del visitante que ya estaba neutralizado, Clemente quiere salir jugando desde su propia área, pisa la pelota, se cae y esto es aprovechado por Cáceres para convertir el segundo gol.

   A partir de ese momento vimos lo peor de Boca. Nervioso, sin volumen de juego, perdido en el medio, carecimos de un conductor que llevara la pelota y abasteciera a los de arriba y de sorpresa para encarar a un defensa que se cerró inteligentemente e intentó aprovechar la vía del contragolpe (un par de veces por lo menos estuvieron cerca de marcar de esa manera). De poco sirvieron los cambios para cambiar esta tendencia. Ni el ingreso de Cañete por Méndez (desaparecido en la cancha), ni el de Mouche por Escudero (que en ese momento estaba de carrilero por izquierda, con Clemente sobre derecha) ni tampoco el de Araujo por Viatri, a esa altura manotazo de ahogado, solo la historia de Martín hizo que siguiera en la cancha cuando su aporte había sido nulo y Lucas había jugado bastante bien. El tiempo pasó y ni cerca estuvimos de empatar, no alcanzó con el aliento de afuera, no alcanzó con el esfuerzo sin coordinación.

   Esto recién empieza, es un equipo nuevo, un sistema de juego y un proyecto nuevo. No es momento todavía de ponernos locos. Los primeros minutos demostraron que hay material y se puede jugar bien. El asunto es que en los próximos tres partidos, esos veinte minutos se tienen que multiplicar por 3 o por 4. Sino la cosa se va a empezar a complicar. Con veinte minutos seguro que no alcanza.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario