Fotos gentileza diario Ole
La parada pintaba dificil. Por lo que se dijo, por la semana que pasó, por los cinco años de sequía allá, por la "supuesta tranquilidad" de ellos.
Pero respondieron todos los que tenían que responder. Respondió la gente, llenando lo que nos dieron (demasiado poco, así como más que Heladera parecía un freezer esa cancha). Respondió el técnico, plantando un equipo lógico, sin tacticismos no demasiado probados, como se habia especulado todos los días previos. Respondió el equipo con rendimiento parejo en todas las líneas y actuaciones individuales de muy buen nivel (Ibarra hasta su irresponsable expulsión, Cáceres-Paletta, Vargas, Sebastián, Viatri). Y sobre todo respondió el AS de espadas, respondió Román con un segundo tiempo de altísimo nivel, con el equipo al hombro y la pelota bajo la suela manejó los tiempos y los hilos del equipo y del partido.
Un primer tiempo chato, de poco vuelo. Con Boca parado adelante, manejando la pelota, pero sin profundidad y sin generar demasiado riesgo. Ellos parados de contra, explotando los espacios, lograron arrimar más peligro, sin dominar en ningún momento el desarrrollo.
El segundo que empieza de la misma manera, hasta que a los 8´ minutos Ibarra discute tontamente un lateral en ataque (encima bien sancionado para ellos) con el línea, se va de boca, y Baldassi a instancias de este lo expulsa. Pero nada cambió. O si, pero para mejor. Román se hizo protagonista total del equipo y nueve minutos después sale de su mágica derecha el centro que, otra vez, "palermianamente" Lucas Viatri clava en el angulo de un desconcertado Ojeda. Y ahí si cambió todo. Ellos tenían que salir a buscar el empate, la gente comenzó a silbar y pedir huevos (un imposible). Ischia rearma la defensa con Calvo por un intermitente Gaitán y Boca comienza a manejar los tiempos del partido sin sufrir demasiados sofocones. Luego Noir por Viatri, para aprovechar los espacios que dejaban al adelantarse los medios y defensores locales y al final Pochi por un extenuado Vargas (¡¡como corrió el colombiano!!) fueron cerrando un partido que se pudo liquidar de contra pero faltó justeza. Y Román distribuyendo, y Román aguantando la bola contra la raya, y Román raspando y marcando y Román, y Román y el grito de 25oo gargantas ¡¡Riquellllme, Riquelllme, Riquellllme!!! y el pitazo final y la fiesta adentro y afuera y el abrazo de todos, pero TODOS los jugadores, esperemos que sepultando una semana de desencuentros.
La punta está lejos, tal vez demasiado, pero campeonatos más "definidos" se han perdidos, ¿o alguien se puede olvidar de Ricky La Volpe?
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