Gran triunfo de Boca por 2-1 en Liniers. Gran triunfo sobre todo si se mira el contexto que lo rodeó. Cancha históricamente difícil, rival ultra motivado, árbitro que durante todo el desarrollo se ocupó más de mantenerlos en partido que de impartir justicia, un minuto fatal en donde sobrevienen el empate rival y la desventaja numérica por la expulsión de Equi Fernández, 20 minutos en inferioridad en los que no solo no se sufrió si no que se logró la ventaja final. Y encima, como para resaltar la importancia del partido, el dt de ellos, el que hace menos de un año eliminó a los Galácticos de Nuñez dirigidos por el Numen de la dirección técnica, ese Indio Medina que muchos pedían para Boca, ese mismo, se fue echado al terminar la noche.
Sorprendió de entrada Ibarra (y no dio resultado) con Payero suelto por delante de Pol-Equi-Romero. Fueron 15 minutos donde costó hacer pie en el medio y Vélez con su entusiasmo, motivación y juego a un toque fue claro dominador visualmente aunque sin generar mayor riesgo que un remate desde afuera que Chiquito mandó al corner. Reaccionó el dt y mando a Payero como volante derecho en un 4-4-2 clásico que hizo que la cosa se emparejara en el medio y viéramos un mejor versión de Boca, que sin llevar mucho peligro, emparejó el juego y lo volcó a su favor en una gran jugada entre Merentiel y Langoni que define exquisitamente ante la asistencia de "La Bestia".
Con el primer tiempo terminado en ventaja en el resultado el segundo tiempo parecía más de lo mismo hasta que promediando la etapa empezó el show del árbitro. Mejor dicho, continuó, porque sobre el final del primer tiempo omitió expulsar a Florentin , en una clara infracción para segunda amarilla, no solo por la falta en sí, si no también por la reitaración.
Boca bien plantado en su campo, no dejaba progresar a un Vélez obligado y sin ideas y se insinuaba peligroso en cada contragolpe. Pero, de la nada, aparece un foul (y amarilla) inventado a Fabra (reemplazó a Sandez, golpeado y amonestado), de ese tiro libre se genera un rebote y la pelota pega, luego de una pifia rival, en la mano de Equi Fernández que a todas luces quiso sacar la mano. Pero, como para completar su tarea, el árbitro da penal y Janson lo convierte en el empate. Un minuto después Equi se pasa de vehemencia y ve la roja. Esta si, correcta.
Un rato antes de todo esto, Villa había entrado por Payero y ya en desventaja numérica entraron Medina por Langoni, Ramírez por Romero y Varela por Pol.
Rearmado el medio, 4-4-1, con Villa volanteando, Boca sorportó muy bien los intentos de Vélez de ganar. Solo un par de veces fue llamado a intervenir Chiquito y siempre respondió con solvencia. Pero faltaba algo, a 4 minutos del final, corajeada de Medina en el área rival, córner a favor, ejecuta Villa, desvía Medina en el primer palo, y en el segundo palo, entra Figal a empujarla. Plin, caja, segundo gol consecutivo de Figal y 3 puntos que viajaron a casa.
Al ya citado buen partido de Romero (Chiquito) hay que sumar la dupla central de Roncaglia-Figal en gran nivel, la enjundia de Advíncula y la peligrosidad del duo Langoni-Merentiel.
Seguramente se seguirá cuestionando el juego de Boca. Si se espera que el Boca de Ibarra sea un equipo de presión alta, de intensidad sin reparar en desgaste físico, que lo esperen sentados. El Boca de Ibarra va rumbo a ser un equipo sólido, duro, que aprovecha a fondo las oportunidades, que no brilla, que no luce, que no hace un culto de la posesión, pero al que costará entrarle y con el cual nadie podrá descuidarse hasta el último minuto. Por nuestra parte aspiramos a ver un equipo que con esas características haga honor a nuestra historia, y que el título de este post se siga repitiendo seguido.
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