Algo (mucho) huele mal

 Lástima. Bronca. Impotencia. Todas sensaciones que transmite un Boca al que vimos arrastrarse abúlicamente por la cancha para rescatar un empate 1-1 ante un Arsenal, que si no fuera por las sinrazones del fútbol argentino estaría como mucho en la mitad de la tabla de la B Nacional.

No hay que ser un genio de la claridividencia ni estar muy informado del día a día del Mundo Boca para saber que está todo detonado luego de las últimas 2 semanas. Ni el plantel confía en el técnico, ni el técnico confía en el plantel (o al menos en una buena parte de él). Y ayer, en el segundo tiempo quedó a la vista de todos. Ganando 1-0, mientras Izquierdoz arengaba para "liquidar el partido", desde el banco le ordenaban a Advíncula no atacar, cosa que tampoco hizo casi Fabra en ese segundo tiempo, cuando en la etapa inicial fue uno de los mejores en esa fase. Y sobre todo quedó expuesto en la insólita inacción desde el banco que viendo a un equipo perdido y desorientado en la cancha solo atinó a un cambio obligado a falta de un cuarto de hora. Más claro, imposible.

Boca empató y está virtualmente clasificado aunque sea al repechaje de la próxima Libertadores, con chances ciertas de ingresar directo a la fase de grupos si se dan un par de resultados (por ejemplo ganarle a Talleres la final de la Copa Argentina, o superar a Estudiantes en la tabla acumulada, ahora están igualados teniendo Boca un partido más. Hoy los pinchas juegan su clásico de la ciudad). O sea, desde los números casi que se puede decir "misión cumplida". Pero nos espera una final, y viendo la actualidad de Boca, se nos pone la piel de los innombrables pensando en esa final. Hoy por hoy es como asomarnos a un precipicio. Y las dudas no son menores de acá a 8 días. Pensemos en positivo, por una vía o la otra llegamos a la fase de grupos, esquivando un traicionero repechaje. ¿Cómo se sigue? Es impensable la continuidad de Battaglia y de buena parte del plantel. ¿Quién viene?, ¿se hará la "limpieza?, y si se hace ¿qué refuerzos y con qué recursos?. Ni hablar si finalmente hay que ir al repechaje donde te jugás todo ante dos rivales, que se sabe serán complicados con seguridad. 

Un panorama muy complejo y que obligará, más allá de asumir culpas propias, al Consejo de Fútbol a mostrar su capacidad para maniobrar en aguas turbulentas. Ojalá sean los timoneles adecuados.