1/11/18

O terror do Brasil

Y Boca lo hizo otra vez. Otra vez liquidó una serie de Libertadores en Brasil. Como ante este mismo Palmeiras en 2000 y 2001, o como ante Santos, Gremio, Corinthians, Vasco da Gama y alguno más. Una tierra casi inexpugnable para la mayoría de los equipos argentinos parece casi el patio de atrás de casa.
Boca jugó un partido copero perfecto. Si, perfecto, aunque parezca exagerado. Lo hizo con la ventaja que generó en Buenos Aires, aguantó el primer cuarto de hora bien parado atrás pero sin resignar ataque cuando recuperaba la pelota y de hecho, a poco de superar ese límite horario, deborde de Villa (que había recuperado la pelota en su campo), centro-pase a Wanchope y definición del 9 que ponía la serie casi liquidada toda vez que obligaba a los brasileños a marcar 4 goles. Pero fue perfecto además porque supo sobreponerse al cuarto de hora inicial del segundo tiempo, cuando no solo previsiblemente el local se vino con todo, sino que en ese breve lapso marcó dos goles (errores de Magallán que habilita a todos en el primero y torpeza de Izquierdoz que comete penal en el segundo). Pero, al contrario de lo que pasaba hasta hace poco, Boca no se cayo. Se mantuvo pese a que el estadio hervía, Palmeiras se ilusionaba porque estaba a solo dos goles de clasificar y tuvo en seguida una clara chance para el tercero. Pero no perdieron la compostura adentro de la cancha y tampoco en el banco. El cambio programado se hizo a tiempo y el ingreso de Benedetto liquidó la serie. Porque a pocos de minutos de ingresar, como en La Bombonera, el Pipa clavó un gol con su sello y todo lo que vino después estuvo demás.
Boca ha encontrado el equipo, el esquema y el estilo de juego. A Guillermo le llevó demasiado tiempo pero lo ha logrado, y esperemos que lo mantenga dentro de 7 días. Un esquema que no es vistoso, que no derrocha lujos ni toque excesivo, que no busca hacerse fuerte en la tenencia sino que propone un equipo bien parado en defensa (4-1-4-1), con Barrios entre los centrales, con Villa y Pavón como volantes comprometidos en la marca pero que se despliegan en ataque apenas el equipo recupera la pelota, con un doble 5 en Nandez-Pérez, en el cual el último es el encargado de manejar los tiempos y que ha mejorado notablemente en estos últimos partidos. Un esquema ideal para la final, toda vez que el rival nos ha vencido últimamente jugando así, y aprovechando muchas inocentadas producto de no resignar un pretendido protagonismo pero que nos terminaba entregando mansos al esquema que el rival proponía. No solo nos pasó con ellos, sino también con varios que jugaron especulando con nuestros errores.
Hemos llegado a la 11 final de América. Nadie ha logrado tanto, pero llega la hora de ganar la 7, cosa que hace 11 años soñamos. Faltan solo dos pasos, pero el obstáculo es el más deseado y el más difícil. Se nos vienen 3 semanas donde el tiempo parecerá detenerse. Estaremos donde soñábamos estar cuando esta Copa empezó allá por febrero y que parecía un sueño imposible allá por mayo cuando pasamos por la ventana a octavos de final. Quedaron luego atrás en fila Libertad, Cruzeiro y Palmeiras. Solo falta la final. Nada más. Y nada menos

No hay comentarios:

Publicar un comentario