Boca mantiene la sana costumbre de pasar casi siempre los octavos de final de la Libertadores. De las 13 veces consecutivas que viene alcanzando esta instancia, la ha superado 11 veces.
Y esta vez fue con un 3-1 ante Cerro Porteño, al que ya habia derrotado 2-1 en la ida en Asunción.
El resultado global y sobretodo el de anoche puede llamar a engaño, pues no tuvo la holgura que los números indican.
Y es que los paraguayos salieron con atrevimiento a buscar un resultado, que de conseguirlo hubiera sonado a hazaña. Se jugaron al ataque, transformaron el mediocampo en una zona de tránsito y arriesgaron el golpe por golpe.
El planteo visitante se vio favorecido por el improvisado mediocampo Xeneize. Erbes fracaso en su tarea de contención y tanto Pérez (correcto) como Meli (un poquito mejor que el barullo habitual), aportan mucho ritmo, pero nada de la necesaria pausa.
Y eso que de arranque nomas, penal a Carrizo, conversión de Carlitos, todo parecía más que encaminado. Pero a lis pocos minutos empataron los paraguayos, y a partir de ese momento, Orión comenzó a erigirse en figura, salvando varias veces su arco (en una con ayuda del palo), mientras del otro lado de la cancha, Pavón y Carrizo, con espacios para correr llegaban mucho y definían mal. A todo esto, Carlitos se movía con acierto y se preparaba para explotar en el segundo tiempo.
En esa etapa complementaria pasaron dos cosas claves. Domínguez, el extremo izquierdo paraguayo, que hasta promediar el complemento volvió loca a toda la defensa, literalmente se fundió. Al advertir esto, el Melli mando el cambio de Tobio por Erbes, pasando aquel a ser lateral derecho y Jara el mediocampista central. Ahi dejo de sufrir Boca atrás cosa que había hecho y mucho hasta ese momento. Esto y un Tevez encendido como en sus mejores noches terminaron con las ilusiones visitantes.
Carlitos se puso el equipo al hombro. Salió constantemente de la posición de centrodelantero y fue conductor y organizador. Se disfrazó de Román para asistir a Pavón en el segundo gol y manejó los hilos de la jugada que culminó Pérez poniendo el tercero.
Se fue preocupado Guillermo pensando en lo que viene. El plantel está muy corto, pese a que en estos días se espera volver a contar con Peruzzi, Bentancur, Colazo y Chavez. Al menos tendrá más alternativas para armar el rompecabezas que enfrente a un duro Nacional de Montevideo. Hoy se confirmarán fechas y horarios de ese cruce. Será durísimo poder llegar a la semi, pero cuantos quisieran tener ese desafío por delante
Y esta vez fue con un 3-1 ante Cerro Porteño, al que ya habia derrotado 2-1 en la ida en Asunción.
El resultado global y sobretodo el de anoche puede llamar a engaño, pues no tuvo la holgura que los números indican.
Y es que los paraguayos salieron con atrevimiento a buscar un resultado, que de conseguirlo hubiera sonado a hazaña. Se jugaron al ataque, transformaron el mediocampo en una zona de tránsito y arriesgaron el golpe por golpe.
El planteo visitante se vio favorecido por el improvisado mediocampo Xeneize. Erbes fracaso en su tarea de contención y tanto Pérez (correcto) como Meli (un poquito mejor que el barullo habitual), aportan mucho ritmo, pero nada de la necesaria pausa.
Y eso que de arranque nomas, penal a Carrizo, conversión de Carlitos, todo parecía más que encaminado. Pero a lis pocos minutos empataron los paraguayos, y a partir de ese momento, Orión comenzó a erigirse en figura, salvando varias veces su arco (en una con ayuda del palo), mientras del otro lado de la cancha, Pavón y Carrizo, con espacios para correr llegaban mucho y definían mal. A todo esto, Carlitos se movía con acierto y se preparaba para explotar en el segundo tiempo.
En esa etapa complementaria pasaron dos cosas claves. Domínguez, el extremo izquierdo paraguayo, que hasta promediar el complemento volvió loca a toda la defensa, literalmente se fundió. Al advertir esto, el Melli mando el cambio de Tobio por Erbes, pasando aquel a ser lateral derecho y Jara el mediocampista central. Ahi dejo de sufrir Boca atrás cosa que había hecho y mucho hasta ese momento. Esto y un Tevez encendido como en sus mejores noches terminaron con las ilusiones visitantes.
Carlitos se puso el equipo al hombro. Salió constantemente de la posición de centrodelantero y fue conductor y organizador. Se disfrazó de Román para asistir a Pavón en el segundo gol y manejó los hilos de la jugada que culminó Pérez poniendo el tercero.
Se fue preocupado Guillermo pensando en lo que viene. El plantel está muy corto, pese a que en estos días se espera volver a contar con Peruzzi, Bentancur, Colazo y Chavez. Al menos tendrá más alternativas para armar el rompecabezas que enfrente a un duro Nacional de Montevideo. Hoy se confirmarán fechas y horarios de ese cruce. Será durísimo poder llegar a la semi, pero cuantos quisieran tener ese desafío por delante
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