Ni en lo previo ni en lo posterior el empate era negocio para ninguno de los dos. Menos aún para Boca, por local y porque tenía una remota chance, en caso de ganar, de pelear por el segundo puesto debla zna con vistas a clasificar.a la Libertadores 2017. Ellos ni eso.
Por eso, desde lo numérico, este 0-0 es absolutamente inútil. Pero el desarrollo le da a Boca un par de atenuantes. La expulsión de Pérez (tremenda irresponsabilidad) a los 8 minutos de iniciado el partido, por una sonsa agresión a Balanta. Por ende jugó con un jugador prácticamente 90 minutos si sumamos los recuperos en cada etapa. Y si el desgaste extra de jugar en esas condiciones fuera poco, a poco de terminar el primer tiempo se lesiona Gago, que venía siendo de los mejores de Boca y del partido. Se torció feo tobillo izquierdo (¿Esguince?), y fue reemplazado por Meli, pasando Jara como volante central. Ya por la expulsión de Pérez, Lodeiro había bajado a ubicarse como mediocampista por izquierda.
Lo más rescatable de Boca en todo el partido, es haber superado anímicamente los inconvenientes, cosa que no hace mucho lejos estaba de suceder. Además el despliegue de todos y el mantenimiento del orden, tanto parados en el propio campo, como en las transiciones ataque-defensa, de tal modo que el rival nunca pudo sorprender ni de contragolpe ni en lis momentos de dominio sostenido. A punto tal, que solo inquietó una vez en cada etapa; un tiro libre y un remate de media distancia, ambos de D'Alessandro, fuera de eso, incontable cantidad de centros para que Tobio e Insaurralde sacaran todo.
En el despliegue y el orden hubo varios puntos. Empezando por Lodeiro y Pavón, ambos regaron de sudor el césped, y además siempre intentaron aportar peligro, ordenando el uruguayo y desbordando e inquietando siempre el cordobés. Los citados marcadores centrales estuvieron impecables, Jara respondió como improvisado mediocampista central y Carlitos, lejos de brillar, luchó en soledad y siempre aportó preocupación al rival.
En el orden y en la respuesta anímica es donde podemos encontrar motivos de tranquilidad para lo que viene, que es ni más ni menos que avanzar en el sueño de la séptima Libertadores.
Por eso, desde lo numérico, este 0-0 es absolutamente inútil. Pero el desarrollo le da a Boca un par de atenuantes. La expulsión de Pérez (tremenda irresponsabilidad) a los 8 minutos de iniciado el partido, por una sonsa agresión a Balanta. Por ende jugó con un jugador prácticamente 90 minutos si sumamos los recuperos en cada etapa. Y si el desgaste extra de jugar en esas condiciones fuera poco, a poco de terminar el primer tiempo se lesiona Gago, que venía siendo de los mejores de Boca y del partido. Se torció feo tobillo izquierdo (¿Esguince?), y fue reemplazado por Meli, pasando Jara como volante central. Ya por la expulsión de Pérez, Lodeiro había bajado a ubicarse como mediocampista por izquierda.
Lo más rescatable de Boca en todo el partido, es haber superado anímicamente los inconvenientes, cosa que no hace mucho lejos estaba de suceder. Además el despliegue de todos y el mantenimiento del orden, tanto parados en el propio campo, como en las transiciones ataque-defensa, de tal modo que el rival nunca pudo sorprender ni de contragolpe ni en lis momentos de dominio sostenido. A punto tal, que solo inquietó una vez en cada etapa; un tiro libre y un remate de media distancia, ambos de D'Alessandro, fuera de eso, incontable cantidad de centros para que Tobio e Insaurralde sacaran todo.
En el despliegue y el orden hubo varios puntos. Empezando por Lodeiro y Pavón, ambos regaron de sudor el césped, y además siempre intentaron aportar peligro, ordenando el uruguayo y desbordando e inquietando siempre el cordobés. Los citados marcadores centrales estuvieron impecables, Jara respondió como improvisado mediocampista central y Carlitos, lejos de brillar, luchó en soledad y siempre aportó preocupación al rival.
En el orden y en la respuesta anímica es donde podemos encontrar motivos de tranquilidad para lo que viene, que es ni más ni menos que avanzar en el sueño de la séptima Libertadores.
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