Si este hubiera sido el primer partido de la pretemporada, no nos haríamos mayormente problemas. Pero fue el último. El Torneo Final está a la vuelta de la esquina, y el debut en siete días, será tal vez el partido más difícil de los 19. Frente a Newell´s en Rosario. Por eso preocupan los errores puntuales, pero sobre todo algunos bajos rendimientos individuales, fundamentalmente de jugadores que son claves para el rendimiento que pretende Bianchi.
No es tampoco cuestión de caerle a Orión con todo, pero anoche tuvo una actuación “tributo a Sandro Guzmán”. Salió horrible en lo que fue el primer gol de ellos, y quedó cazando mariposas en otro centro que por suerte se pudo despejar en el área chica. Del otro lado, al arquero rival no le fue mejor. Se comió el gol del Cata que fue el momentáneo empate y salió horrible en otro centro que finalmente Vangioni despeja aparatosamente en la línea. El otro horror defensivo fue de Zárate, que canchereo una pelota sobre su lateral, se la robo Carbonero, centro y gol que sería el del 1-2 definitivo a favor de ellos. Esa fue la única llegada del rival en todo el segundo tiempo. Antes, luego del gol de apertura, solo había tenido otra, en la que Cavenaghi reventó el travesaño. Tres llegadas en todo el partido. Dos goles. Un canto a la eficacia.
Boca fue dominador durante largos tramos del partido, y cuando no lo fue, este fue parejo. O sea, nunca fue completamente dominado. Pero, además de fallas claves, mostró, y esto es lo preocupante bajo nivel individual en muchos. Y sin nivel individual, no hay colectivo que pueda mostrar una buena cara.
A lo apuntado sobre Orión, hay que destacar lo flojo y errático de Gago, y Gago es clave en este Boca. Extrañamente impreciso, aún en pases cortos, solo puso una asistencia (“Bochinesca”), que el pibe Fragapane no pudo (¿no supo?) convertir en lo que hubiera sido un justo empate. También defeccionaron ambos marcadores de punta, flojos en la marca e inexistentes en ataque, perjudicaron el rendimiento del equipo en ambas fases del juego. Ledesma cumplió en la parte de marcar, y no se si se le puede pedir mucho más. Miño es crack, pero da la sensación que siempre le falta un plus para explotar. Es una lástima que por eso se esté perdiendo en una mediocridad que no corresponde a su potencial. Gigliotti peleo con todos, bajo y administró bien la pelota cuando la tuvo, pero en lo específico suyo no fue bien asistido. Los bajos niveles de los apuntados antes conspiran para que él pueda pesar.
Yendo a lo bueno. Martínez se comió la cancha, bajó y colaboró, desequilibró en el mano a mano, encaró y corrió todo el partido. Tal vez su mejor partido en Boca. Acosta cumplió con creces. Está reemplazando a Román y tiene 17 años. Pedirle más a esta altura suena a sacrílego. Y buen desempeño de la dupla central. Tanto Cata (además metió el gol del empate parcial) como Forlín tuvieron trabajo extra, no solo desbaratando los ataques rivales por su zona, sino que lo hicieron a destajo cubriendo las espaldas de los laterales. Buen desempeño de ambos.
Sobre todo en el primer tiempo vimos una muy interesante presión alta de Boca, que metió al rival en su campo y lo dominó ostensiblemente, pero justamente, los errores individuales conspiraron para que se pudiera aprovechar la diferencia. En el segundo tiempo, sin poder mantener la intensidad de la presión, igual nunca se fue menos, pero se padeció de los mismos problemas.
Ambos técnicos, más allá del resultado deben estar preocupados. Sabemos que Bianchi lo está y lo seguirá estando. Para Boca las 4 primeras fechas serán fundamentales, sobre todo desde lo anímico. Urge mejorar la parte individual para potenciar este sistema o cualquier otro que se implemente. La hora de la verdad se acerca. Esperemos que se esté a la altura
No hay comentarios:
Publicar un comentario