Boca solo ha empatado 1-1 frente a Banfield, último en el Torneo, y si bien, sigue como único puntero a falta de dos fechas para la finalización, varias dudas aparecen en el horizonte.
Era clave traerse los tres puntos de esta visita, y máxime cuando el rival, además de todos los problemas que arrastra se queda con un jugador menos a los ¡¡3 minutos!!. Más servido en bandeja no podía estar el partido.
Y Boca, como hace unos días ante Deportivo Merlo, apareció como un equipo distendido, que nunca pudo forzar el ritmo de manera constante y consistente. Intentó ser prolijo en el traslado, aunque a veces pecó de demasiada impresición y nunca perdió el orden, pero faltó ese plus necesario para desarmar a un rival que se amontonó correctamente atrás, aunque así y todo daba muchas ventajas.
Se dispuso de situaciones para convertir (Insaurralde y Ledesma fallaron en forma increíble, sobre todo el primero, abajo del arco), Lucchetti le sacó una de novela a Román, a Silva le anularon un gol correcto y como si fuera poco a Banfield le convalidaron un gol con un off side de al menos un metro. Pero no se generaron situaciones de gol en consonancia con la cantidad de minutos que se dispuso la pelota.
El asunto es que a dos fechas de terminar el torneo, Boca es puntero absoluto, con un punto de ventaja sobre Arsenal, rival del próximo domingo en La Bombonera. Y ahí empiezan las dudas. Dudas que van más allá del nivel de juego, que ahora no nos conforma, pero sabemos que el equipo puede dar mucho más, sobre todo en un partido que será una verdadera final. Pero esa final, estará enmarcada entre los dos partidos semifinales de la Libertadores ante la Universidad de Chile. Partidos duros, bravos, que se colarán en un final de campeonato de “bandera verde”, en el que no contaremos con el colchón de puntos que nos hubiera dado un triunfo hoy en Banfield.
¿Aguantarán los titulares el trajín de 4 partidos decisivos en 15 días? ¿Se animará Falcioni a un mix frente a Arsenal, y si se anima, como responderá ese eventual equipo?. Preguntas y dudas que se irán develando a su tiempo. Esta aventura de ser protagonistas de tres competencias al mismo tiempo, está llegando a su punto de inflexión. A un paso de ganar todo, a un paso de quedarnos sin nada. Por lo tanto, no hay otra solución que ir partido a partido, sin pensar más allá.
Por suerte, todo depende de Boca. Que se pudo llegar mejor a esta definición, no hay dudas. Pero no es menos cierto que se podría estar mucho peor. Si no, miremos donde están los otros equipos argentinos que arrancaron jugando la Libertadores. El mérito es grande. Y lo reconocemos. Pero queremos más. Obviamente. Esto es Boca, sobran los motivos.
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