El sueño de los tres títulos quedó herido de muerte. Y quedó así justamente por 3 goles de Arsenal, que aparentan ser un golpe de knout a las pretensiones Xeneizes de lograr los tres títulos en disputa.
Los tres goles que sellaron el 3-0 en contra son una muestra de lo que fue el partido. Poco menos de 2´de juego, Arsenal que sale con todo a presionar a Boca en su campo, genera un desborde, centro, anticipo ofensivo y gol. Casi final del primer tiempo, pelotazo de 40 mts. contragolpe perfecto y segundo gol. Cuarto de hora del segundo tiempo, otro pelotazo largo, mano a mano entre un ligerito y Schiavi en campo abierto. Final anunciado, tercer gol y partido terminado media hora antes.
En medio de todo esto, se vio un gran primer tiempo de Arsenal que maniató y presionó a Boca en todo el campo de juego, a punto tal que la única situación de gol del local fue a los 40´, excelente media vuelta de Blandi, y mejor reacción aún del arquero visitante para evitar el gol. Distinto fue el comienzo del segundo tiempo, Boca salió como una tromba buscando el descuento, y tuvo a Arsenal arrinconado contra su arco. Pero fue un espejismo que duró 10´, luego el asedio cedió, llegó el tercer gol y el partido se definió.
Derrota dura que siembra dudas sobre lo que vendrá. En solo 8 días tuvimos un partido más que flojo frente a Banfield (esos dos puntos lo lamentaremos durante mucho tiempo, otro sería el panorama si le hubiéramos ganado al hoy por hoy peor equipo del país), tremenda actuación ante U. de Chile, y goleada en contra ayer.
De la respuesta a cual es el verdadero Boca dependerá la clasificación a finales de la Libertadores, el jueves, en Chile.
Que el desgaste de jugar dos competencias de tamaña importancia al mismo tiempo es enorme no es ningún descubrimiento. Más allá del verseo de los que opinan porque es gratis, ahí están los números que dicen que NUNCA se ganaron la Libertadores y el Clausura al mismo tiempo, sea que se utilice la receta que se quiera. Ahí tenemos a Vélez que “descuidó” el torneo local priorizando la Copa y se quedó afuera de los dos. Y ahí estamos nosotros, que intentamos darle igual importancia a las dos y llegamos al borde, pero parece que no más allá.
Ahora, en el Clausura la chance de Boca es bien improbable, que no es sinónimo de imposible. La secuencia (ideal) sería: clasificar el jueves en Chile a las finales de la Copa, que empezarán el siguiente miércoles, jugar contra All Boys con equipo alternativo y esperar que no ganen ni Tigre a Independiente ni Arsenal a Belgrano. Para ser campeones en solitario o forzar una definición a dos o tres bandas, si es que pierden o empatan Tigre y el Arse.
Así de complejo, difícil y casi con tintes de milagro será la definición del Clausura para Boca. Y que conste que solitos nos metimos en este problema, al aflojar en un partido que no se podía perder. Distinto sería el tema si llegáramos los tres igualados a la última fecha. Pero es de gusto llorar sobre la leche derramada. Así esta la cosa, y a lo hecho, pecho.
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