Había que ganar, y se ganó. Parece muy loco hablar de urgencias en la segunda fecha de un torneo de diecinueve, pero así está el fútbol argentino. Y así está Boca. La derrota (goleada) de la primer fecha, en casa, había calado muy hondo. Y un resultado negativo ayer hubiera complicado el clima hasta límites peligrosos.
Boca salió a jugar en Avellaneda con un definido 4-4-2 (el mismo del verano). Desde la formación inicial se adivinaba un equipo compacto, sólido, pero con poca creatividad y por ende, no demasiadas llegadas.
Y la percepción previa fue correcta solo en parte. A Boca le costó mucho crear juego y situaciones de gol durante todo el partido. Pero en la primer media hora del encuentro, la solidez brilló por su ausencia. El equipo mostró los mismos defectos que contra Godoy Cruz: no hacia pie en el medio, era muy permeable por las bandas, los centros cruzados eran una tortura, los petisos de Rácing ganaban con facilidad el cabezazo. Solo cambió una cosa. García. Fue la gran figura de Boca en ese lapso, con al menos 4 atajadas que tenían destino de red. El “gran responsable” de la derrota 6 días antes, fue el sostenedor del resultado anoche. Así es el fútbol.
A partir de la media hora se asentó Boca, fue algo más sólido en el medio, comenzó a arrimar algo de peligro y alejó a Rácing del propio arco, tanto es así, que García no tuvo ningún otro sofocón hasta pocos minutos antes de terminar el partido.
En la recuperación del equipo se notó el despliegue incansable de Rivero (expulsado por doble amarilla a falta de 5´para terminar) y las cargas incisivas de Mouche por todo el frente de ataque. Boca terminó el primer tiempo bastante mejor que lo que lo comenzó, lo que daba esperanzas para el segundo tiempo.
Al comienzo del complemento, el gol de Boca (2´) es una pintura de lo que fue el partido y el equipo. Saque largo de García, la pelota pica en tres cuartos del campo rival, la defensa duerme, le llega a Mouche sobre derecha, encara con campo libre, enfrenta al arquero, zurdazo al rastrón, caño y gol.
Si Boca tuvo pocas oportunidades para aumentar, Rácing directamente no tuvo para empatar, salvo al final del partido. Los laterales no subieron más, el medio cortó mejor y la defensa se cerró correctamente. Listo, plin, caja, tres puntos y a cobrar.
¿Es este el equipo para pelear un torneo?. Ni ahí. Jugando así se va a perder más que lo que se va a ganar. Es más en líneas generales se jugó peor que con Godoy Cruz, nos llegaron más y llegamos mucho menos. La diferencia fue que García ayer fue figura y se ganó. Nada más.
El gran desafío para Falcioni es agregar juego al equipo. Ese juego que le pueden aportar Román y Erviti. ¿Podrán jugar los dos juntos?, ¿le podrá encontrar la vuelta para que Román juegue hacia adelante y el equipo tenga solidez hacia atrás?, ese es su trabajo y esas incógnitas las iremos develando con el correr de las fechas. Siempre será más fácil lograrlo mientras se gana, de allí la gran importancia de estos tres puntos.
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