Vivimos tiempos de pobreza franciscana, así que un triunfo, tres puntos no se pueden desdeñar.
A esta altura del año, con todo lo que hemos pasado y que no vale la pena detallar, con todo lo que se vive en el día a día (lesiones, peleas a la vista de todo el mundo, etc.) lo que menos interesa es lo que estaba enfrente, si era rival de riesgo o uno de los peores del torneo. Boca juega sobre todo contra Boca y que se logre un triunfo, así sea 1-0 es noticia buena.
El partido empezó con los peores augurios. Problemas entre jugadores en los días previos, lesiones de último momento, sale Battaglia, entra Ruiz como lateral derecho y sigue Medel en el medio con Erbes. Empieza el partido y en ¡¡dos minutos tenemos 2 amonestados!!, por suerte esa vehemencia del comienzo fue el anticipo de como jugaría el equipo todo el resto del partido. Las lesiones siguieron durante el partido, Medel, Insaurralde. La prueba de la actualidad de Boca, de lo corto que está el plantel, lo da que el chileno (una de las figuras) es reemplazado en el mediocampo por ¡Mouche!, sí, Mouche jugando de volante por izquierda, y Sánchez Miño, buen proyecto, segundo partido que entra unos minutos, se repartió el medio con Erbes, el inesperado goleador.
Y haciendo abstracción del poderío del rival, Boca jugó más que aceptablemente bien. Se paró bien el la cancha, intentó jugar por abajo, no abusó de los centros y generó al menos 8 situaciones netas de gol, sin sufrir prácticamente abajo. De hecho el primer acercamiento peligroso de los visitantes fue a la media hora del segundo tiempo.
El buen funcionamiento en general se asentó sobre algunas muy buenas actuaciones individuales. Muy buen partido de Cellay como central, ese es evidentemente su puesto, gran partido de Medel en el medio, bien acompañado por Erbes, tanto en funciones defensivas como subiendo por sorpresa. El gol de Erbes llega justamente por el rebote largo que da el arquero al tapar un mano a mano con el chileno, luego de una asistencia riquelmeana de Palermo.
Y acá me quiero detener. Viendo el partido pensaba en los muchos bosteros que insultan a Martín y que lo atacan con que “es un ex jugador”, “una momia”, “un rengo”. ¿Miran los partidos o repiten como loros lo que escuchan?, ¿es ceguera o mala leche?. Palermo no es solo el goleador, para variar, de Boca, sino que es el que más asistencia ha dado en el torneo, y eso que se adoleció justamente todo el campeonato de un abastecimiento acorde hacia él. Lo de ayer fue sencillamente conmovedor. Solo una jugada sirve para retratar lo que jugó Martín. Mediados del segundo tiempo, tiro libre frontal para Quilmes, todo Boca en el área, el centro no trae consecuencias, sale el contragolpe que termina en manos del arquero visitante, ¿quién es el que llega a atorarlo, después de un pique de más de ochenta metros?. Sobran las palabras, tiene 37 años, está consagrado y ojalá los pibes de muchos menos años tuvieran esa entrega, muy distinto sería nuestro presente.
El asunto es que se ganó, se llegó a 23 puntos, 3 más ya que en el torneo pasado, se puede aspirar a llegar a 29, lo que sería la mayor cosecha de los últimos 4 torneos. Muy poco para lo que se invirtió y para las expectativas generadas. Bastante si lo que se quiere es pensar en pelear el campeonato en el torneo largo que empieza en agosto y no mirar todas las semanas la otra tabla. Para que eso sea así, hay que ser muy coherentes desde ahora, en la elección del técnico, en el respaldo a este, en los objetivos a fijarse (treinta y pico de puntos tiene que ser la meta realista), en los refuerzos a traer para cumplir esos objetivos. Pedimos sobre todo coherencia en las decisiones y en el trabajo. Coherencia, un bien bastante escaso en nuestra actual directiva.
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