En lo que parece ser la marca registrada de Boca este año, por vía de los penales ha superado otra fase de la Copa Argentina y por tercer año consecutivo arriba a la semifinal en la que enfrentará a Estudiantes de la Plata, seguramente en la fecha FIFA de noviembre.
Es sabido que todo lo que veamos hasta el 4/11 será pasado por el tamiz de la Libertadores, desde rogar que no se lesione nadie hasta el rendimiento de cada uno y del equipo en su conjunto. Y si miramos de reojo la derrota ante Belgrano la semana pasada (3-4, en un partido loco en lo que cada error de Boca fue gol de ellos) a este ante Talleres se le prestaba máxima atención por varios motivos, el obvio, el pasar de fase en un torneo que asegura una plaza para la próxima Libertadores (ojalá que en luego del 4/11 deje de importarnos ese motivo), pero también ver como reaccionaba el equipo ante un rival catalogado por todos como de lo mejor del fútbol argentino.
Talleres venía de perder con riBer por la mínima en el torneo local la semana pasada en un partido en el cual hizo figura excluyente al arquero rival. Mostró presión, dinámica y juego asociado de calidad. A ese rival Boca lo minimizó en todas las expresiones y se llegó a los penales luego de un 1-1 mentiroso, en el cual Talleres llegó al gol en una jugada fortuita, luego solo creo una jugada de riesgo, nunca pudo imponer su estilo, su arquero fue figura excluyente y el árbitro lo benefició no sancionando dos claros penales en el primer tiempo. El que finalmente dió, en la etapa complementaria y que significó el empate de Cavani, no podía obviarlo ni aunque lo hubiera querido.
Yendo a Boca y su rendimiento. Finalmente Almirón encontró equipo y esquema. Salvo algún imponderable, este será el equipo en Río de Janeiro, el mismo que jugó la serie frente a Palmeiras con la sola modificación de los laterales que hoy están jugando eliminatorias sudamericanas. Ha encontrado un medio ágil, de buena salida, el doble 9 ayuda a la presión sobre la salida del rival, el desgaste de Cavani es encomiable, al igual que el de Merentiel, los laterales suben profundo y abren la cancha, se ha logrado mucho más juego interior, y el gran interrogante pasa por la faz defensiva, en la que aparecen errores que por ahora se lamentan casi siempre con un gol en contra.
Párrafo final para la definición por penales. Esta vez Chiquito Romero no atajó ninguno, pero el efecto psicológico de su presencia hizo que todos los rivales optaran por el tiro elevado y violento para "romperle el arco", el primero lo logró, los dos siguientes lo tiraron bien arriba del travesaño. Del otro lado, los 4 ejecutantes lo hicieron a la perfección.
Boca sigue vivo en las tres competencias. Se asoma a la gloria y el gran desafío es seguir en este camino y con los pies en la tierra. Aunque la mente de todo el Mundo Boca esté en Río de Janeiro.
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