20/1/23

Crónica de un robo anunciado

 Se dice que el hombre es el único animal que se choca dos veces con la misma piedra. Boca puede dar la razón al dicho, pero chocándose la misma piedra una y otra vez.

Desde el momento que se supo la designación de Rapallini como árbitro de este partido se sabía que en algún momento inclinaría la cancha para el rival. Y así sucedió. Descaradamente, como todo lo que hacen, ante el silencio (¿complice?) de los perjudicados. Porque ya sufrimos a este sujeto en el torneo local cuando nos negó un penal sobre la hora (casi idéntico al que les dio hoy) en la cancha del rival de hoy. O fueron los 2 o no fue ninguno. Pero eso no fue todo. Sobre el final de la primera etapa, violento choque de Oroz (ya amonestado) a Sandez. La pelota deriva a un contragolpe de Briasco que se va solo al gol. Rapallini para la jugada con la excusa de un rodillazo en la cabeza de Sandez. Da tiro libre y no sanciona a Oroz, que en vista de esa sanción debió ser expulsado. En caso de que el choque hubiera sido casual, debió dar pique. El VAR, en silencio.

Además de esto hubo un partido. En el que Boca no tuvo un buen primer tiempo, pese a ponerse en ventaja por gol de Roncaglia, pero no pudo sostener la ventaja más de un puñado de minutos cuando lo sorprende un contragolpe muy mal parado. No rindieron los que se suponía no rendirían y volvió a fracasar el 4-3-3. En el segundo tiempo, con el ingreso de Equi Fernández por Briasco, pasando a un 4-4-2 se vio mejor a Boca, sobre todo físicamente. Insólito que no haya entrado Romero por Ramírez, flojo por enésima vez y en su lugar Ibarra haya preferido poner a Langoni a volantear. El partido se iba inexorablemente hacia un alargue para el cual a simple vista Boca lucía mucho mejor físicamente. Pero Rapallini se encargó que eso no sucediera.

Dentro de las cosas positivas de un primer partido oficial de temporada hay que rescatar una mejor predisposición física del equipo. También la actuación de Javier García, con lo que el tema arquero parece estar cubierto. El tandem Varela-Equi llegó para quedarse, luego, dependerá de Ibarra quienes serán los que los acompañen. 

En lo negativo, el lateral derecho no convence, los centrales improvisados de esta ocasión, alternan buenas con malas, Ramírez y Benedetto muy erráticos. Y en el caso del Pipa con el agravante que Vázquez que entra a reemplazarlo sigue en el bajísimo nivel del fin del año pasado. 

Quedan 9 días para el debut en el torneo local y bastante trabajo por delante para Ibarra.

Para terminar, es evidente que a Boca le costará sobremanera ganar trofeos a solo un partido. Es muy difícil evitar que te roben, pero se espera que luego la dirigencia arme el necesario escándalo para que eso no siga. De Ameal no se puede esperar nada. Está más ocupado en pedir perdón por guerras de hace un siglo y medio que en el día a día del equipo. Esa responsabilidad es toda de Román y del Consejo de Fútbol. Es de esperar que en los próximos días recorran todos los programas deportivos de la grilla televisiva y del dial radial para exponer el robo constante de árbitros que no solo no sufren por esto, sino que son premiados yendo al mundial, como Rapallini, el autor de este despojo y Tello el autor del despojo anterior. Ambos ante el mismo rival, ambos en un partido que da un título, ambos respondiendo al nuevo poder de AFA. Chau Donofrio, bienvenido Víctor Blanco, la víctima siempre es Boca.

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