Boca, salvo algunos pasajes del partido, jugó decididamente mal y cayó justificadamente ante Huracán por la mínima diferencia. Se terminan así las excusas que se asentaban en los resultados numéricos y queda la realidad desnuda de un equipo que no funciona, que no tiene rebeldía y al que no ayudan ni los jugadores que pone ni los cambios que hace el dt. Por más que luego Sebastián se muestre nervioso y enojado con los periodistas.
Y en el estado de Sebas estamos todos. Y agreguemos sorprendidos con algunas decisiones. Por caso, baja imprevista de Benedetto (molestia muscular el sábado ¿desgarro? y fallecimiento de la abuela), el reemplazante fue Orsini, que no solo jugó decididamente mal, si no que lo hizo todo el partido, porque nunca fue reemplazado. Dicho esto, no es culpa del dt que 9 de 11 jugadores hayan jugado mal, solo se salvan Pol Fernández y Romero, mientras tuvo aire. En los encuentros entre ambos se vieron los mejores momentos del equipo, pero de poco sirve si Romero asiste a Orsini y este no domina la pelota, si Pol se la pone en cortada a Advíncula y este pierde el duelo o tira un centro al otro lateral. Idem para Sandez, que hizo extrañar horrores a Fabra.
Boca es lento en la salida, se deja apretar y termina con un pelotazo para que el centrodelantero pivotee y soñar con la segunda jugada. Villa, completamente desdibujado toda vez que no le dan espacios para correr, fue reemplazado por Zeballos que una vez más demostró que pide titularidad urgente. Puesto como "carrilero" se las ingenió para hacer algún que otro lío en la sólida defensa local. También entró Vázquez por un inexistente Ramírez. Se intentó con el doble nueve, no funcionó. Pero aunque sea el pibe hizo un tiro al arco (el único del partido) y reventó el travesaño con el tiempo cumplido. Tampoco ligamos.
Entonces con un arquero que luce inseguro en los centros cruzado, dos marcadores centrales extrañamente incómodos con la presión rival y que no ofrecen salida limpia y un volante central como Campuzano que solo toca corto y hacia los costados, el ataque de Boca necesita la inspiración de Pol o Romero o de un error del rival.
Preocupante al extremo, porque se han ensayado muchos esquemas y no quedan demasiados nombres que experimentar. Desde esos nombres, esto que se vio ayer, con algún que otro retoque es lo mejorcito que hay disponible. Y se vienen dos partidos pesados, de esos que pueden dejar marcas profundas si los resultados son negativos. El puntero e invicto de la zona en La Plata y el clásico como visitantes. Después de eso parate de una semana por fecha FIFA y la Libertadores a la vuelta de la esquina.
Se vienen dos semanas trascendentes para todos, saldrá el sol o nos asomaremos a una tormenta perfecta. Veremos como sigue esto.
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