Quedó claro que Boca es muy superior, aún con las muchas ausencias, y también que con un poquito de atrevimiento desde el banco se pudo haber ganado.
Guillermo nunca forzó la formación en busca de un ataque más decidido. Quizás priorizó que la improvisada defensa no sufriera por desequilibrios en el medio. Vergini jugó un buen partido, muy mejorado a las versiones que tenemos de él habitualmente. Heredia cumplió sin mayores sobresaltos. En el medio Barrios fue figura, Bebelo cumplió ainque no se destacó y Buffarini cumplió un trabajo que no le permitió ningún lucimiento al estar ocupado más en la marca y recuperación que en los largos recorridos en los que se luce.
En la faz ofensiva un gran segundo tiempo de Cardona, de lo mejor que le vimos desde que llegó pero que no tuvo acompañamiento en un Pavón, de errático partido, y de un Carlitos que lucho mucho, se genero chances, pero que se fue agotando en la lucha con los centrales, para terminar retrasándose en el segundo tiempo. Quizás ahí era el momento de hacer entrar a Wanchope a enfrentar defensores desgastados y que iban a dejar espacios. No lo vió así Guillermo que se limitó a cambiar posición por posición. Entró Espinoza por Pavón y Sebastián Peréz (¡que gol se perdió!) por Bebelo.
En la Copa hay que asegurar puntos de visitante y triunfos de local. Este punto tendrá real valor ganando los compromisos en casa.
Ahora queda un largo mes para enfrentar a Junior en la Bombonera. En el medio no hay que descuidar el torneo local y estará la final de la Supercopa Argentina. Un marzo movidito
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