31/1/16

Negro verano de dudas

Habrá que remontarse a muchos años atrás para encontrar una pretemporada que nos lance hacia los partidos oficiales cargados de tantas dudas y con pocos puntos favorables como para ilusionarnos. Porque hay que poner las cosas en contexto. Este ha sido un verano negro (1 triunfo en un amistoso de once cambios y 4 derrotas en fila), que venía precedido de la obtención de dos títulos. O sea, no se venía de una crisis previa ni nada por el estilo.
   Y anoche, se vio una continuidad exacta de todos los problemas que veníamos viendo. Bajo nivel individual (increíblemente bajo en algunos como por ejemplo Carlitos), escaso volumen de juego, errores de concepto en todas las líneas. Y eso que el rival en ningún momento mostró superioridad y terminó ganando por un penal tonto, a poco del final, que comete Palacios por atropellado en una jugada sin mayores peligros. Pero eso es lo de menos.
    El cambio de esquema, si bien no fue un fracaso clamoroso, de hecho el rival prácticamente no creo peligro, salvo alguna jugada aislada, lo cierto es que tampoco hizo que el equipo fuera dominante y creara peligro en el arco de enfrente. Hubo déficit de justeza en los intentos por el medio, y los desbordes por afuera escasearon, y cuando los hubo terminaron en centros fáciles para el rechazo de los defensores rivales.
   ¿Qué esperar para lo que se viene?. Apostar a volver a las fuentes. Poner el inodoro en el baño y la heladera en la cocina, rogar por la recuperación de las individualidades y que estas potencien la estructura colectiva, y que todo esto se de en el perentorio plazo de una semana. Si esto sucede, este verano será un recuerdo anecdótico, sino, el panorama empezará a nublarse rápidamente

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