Arranco el 2016 para el último campeón del fútbol argentino, y como todo
inicio de año, se jugó un partido con luces y sombras y que solo deja para
adelante la satisfacción de un triunfo y de algunas apariciones para
ilusionar.
Fueron dos partidos en uno. Al
permitirse hacer 11 cambios los dt aprovecharon a darle minutos a todos los
jugadores que llevaron a San Juan. El Vasco puso los 11 “ideales” en el primer
tiempo. Y el rendimiento fue bastante mediocre. Solo para destacar la solidez de
la defensa, el buen rendimiento de los debutantes Silva y Jara, y algunos
chispazos de Lodeiro y Tevez. Poco, para un equipo que se vio continuamente por
la presión alta de los ecuatorianos, que una vez recuperada la pelota no
lograban generar peligro, pero si lograron establecer el dominio táctico del
partido, que se jugo en los términos que ellos querían. Nada demasiado
preocupante teniendo en cuenta que eran los primeros minutos con lo pelota en
juego.
Lo mejor se vio en el segundo
tiempo. Con gran parte de los titulares cambiados, solo Carlitos se mantuvo en
cancha hasta promediar la etapa, se vio un Boca más agresivo, que se planto en
campo rival y forzó gruesos errores en la defensa. Brillaron Messidoro y Pavón,
especialmente el pibe, que tuvo su esperado debut (es desde hace rato sindicado
como una de las mejores joyas de las inferiores), fue todo un suceso. Autor del
primer gol, y de la asistencia a Pavón en el segundo, puso por todo lo alto las
ilusiones que se tienen en él.
Por suerte no hay que lamentar
ninguna lesión, y se les dio minutos de juego a todo el plantel. A esta altura
del año, eso es lo que importa, más allá del eventual resultado.
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