Para no seguir clavándome puñaladas con el nivel de Boca, y porque solo vi el primer tiempo (papelón) y me perdí la mejoría del segundo tiempo (entraron los juveniles), reproduzco el comentario de www.tn.com.ar
“Boca arrastró a Paraguay sus problemas futbolísticos. El amistoso ante Cerro Porteño, que se confirmó hace pocos días, fue una prueba para algunos jugadores del plantel de Falcioni. Luego de una semana polémica, muchos de los "grandes" del plantel dejaron dudas. Y muchas. Los pibes de las inferiores del Xeneize cambiaron un poco la historia en el complemento, pero no fue suficiente para evitar la derrota por 2 a 1.
Los primeros 45 minutos de Boca podrían resumirse en algunas palabras: pobre, apático y sin ideas para jugar al fútbol. Muy flojo en defensa, con Cellay y Caruzzo como estandartes. Tampoco tuvo la capacidad de hilvanar tres pases seguidos, profundizando así la crisis ofensiva que tiene en la creación. Ni Erviti ni Rivero inquietaron por los costados, mientras que el pibe Sánchez Miño tuvo que resignarse a jugar de lateral izquierdo, una posición que no siente. Salcedo y Nanni, en apenas dos minutos, convirtieron para Cerro Porteño.
Los únicos que podían mitigar el papelón de los "grandes" eran los jóvenes que estaban en el banco de suplentes. Falcioni movió fichas en el entretiempo, y mandó a Pol Fernández, Marín y Gaona Lugo a la cancha. Los tres fueron una bocanada de aire fresco para el resto. Descontó Fernández tras un córner, y Paredes ingresó en la jugada siguiente para acoplarse con sus compañeros. No alcanzó para evitar la derrota, pero los pibes dejaron una mejor imagen que los titulares.
Más allá de ser un amistoso, el ciclo de Julio César Falcioni parece estar llegando a su fin. El equipo sigue sin responder: parece no haber un funcionamiento colectivo que domine. En dos semanas Boca tendrá, ante River, una prueba de fuego.”
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