30/1/12

Como un entrenamiento y a media máquina

   Como cuando en un entrenamiento se forman dos equipos “mix” de suplentes y titulares, para armar un picado livianito. Así salió Boca a jugar en Mendoza:

   Sosa (arquero suplente), Ruiz (suplente del suplente), Schiavi (titular), Insaurralde (titular), Sánchez Miño (suplente del suplente); Ledesma (peleará la titularidad), Somoza (titular), Erviti (titular, primer partido del verano), Chávez (casi titular), Mouche (peleará la titularidad) y Blandi (peleará la titularidad). Pero con el correr del partido, en el segundo tiempo, el mix se acentuó para el lado de los habituales suplentes: salió Schiavi y entró Sauro (suplente del suplente), salió Erviti y entró Colazo (habitual suplente), salió Chávez y entró Guillermo Fernández (juvenil de reserva), salió Ledesma y entró Araujo (habitual suplente). Pasado en limpio, Boca terminó jugando con: Sosa, Ruiz, Sauro, Insaurralde, Sánchez Miño, Fernández, Somoza, Colazo, Mouche, Araujo y Blandi.

   El tema es que del otro lado, el equipo que marcha segundo en la B Nacional, puso todo lo que tenía a mano, arriesgando incluso más de lo aconsejable. Puso de entrada a un refuerzo francés que se lesionó a los 10 minutos y arriesgó al pibe q juega por izquierda y que venía de una lesión, por más de media hora.

   Y así, entre uno que jugó mezcladito, y otro que puso todo, la historia se volvió a repetir. Y jugando a media máquina, haciendo nada más que lo imprescindible, Boca se impuso 1-0, y terminó el verano ganándole los dos partidos al rival de la B Nacional.

   Del partido poco para comentar. Fue bastante aburrido. Boca cumplió satisfactoriamente la parte defensiva del libreto, sobre todo en el segundo tiempo se paró demasiado atrás, y careció de la presión que le conocemos. El calor, los viajes, los partidos cada cuatro días y la ausencia de muchos titulares pueden ser excusas valederas para esto. Una cantidad de llegadas del adversario (centros y tiros forzados) superior al promedio, dan fe de esto. Adelante, se atacó poco y definió justo. Perdido Pochi (tal vez lo más preocupante del verano, su bajo nivel), por lo que los delanteros quedaban aislados, a tal punto que el gol, que vino por la habitual vía del desborde y centro atrás, cambió de protagonistas, desbordó Ledesma (gran retorno de Pablo) y convierte Mouche, devenido en centrodelantero cabeceador.

  Pasó el verano. Un buen verano. Queda la tranquilidad de que el concepto sigue vigente y se aplica juegue quien juegue, algo fundamental en el cargado calendario que se viene.

   Viene febrero. Viene lo lindo, la adrenalina de tres competencias en serio. Y el vértigo de la obligación de ser protagonistas en todas. Ya sabemos de sobra el orden de prioridades, pero así y todo no hay que dejar nada de lado antes de tiempo. Así manda la historia. Así manda la camiseta.

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