Primer partido del año y de ciclo, a 10días de iniciada la pretemporada, con un equipo donde se mezclan potenciales titulares con otros que arrancan un escalón atrás, ¿qué cabía esperar?, ¿qué podíamos pretender?. Ante todo, ver la idea del técnico y como los jugadores van interpretándola, ver si se tomó nota de los problemas que el equipo viene exhibiendo y como se los intenta solucionar y no demasiado más en la previa. Encima el rival puso en cancha lo mejor que tenía pues esta a diez días de jugar su pase a la Libertadores por lo que se suponía que tendría un rodaje y una puesta a punto física distinta a la de Boca, más ágil.
Lo que nos dejaron los 90 minutos de juego, satisfacen las expectativas previas con holgura.
Más allá de que fue un clásico partido de verano, con muchos errores de precisión en los pases y de “timming” para llegar a la pelota, vimos plasmada la conocida propuesta de los equipos de Falcioni, presión sobre la pelota y los receptores, equipo corto, organizado, fuerte en defensa.
Boca salió con un marcado 4-4-2 y no se apartó nunca del esquema. En la fase defensiva se intentó presionar siempre sobre la pelota y tapar receptores sobre todo en la mitad de la cancha, cuando el rival pasaba el medio la idea es abroquelarse y proponer fricción física como forma de incomodar y recuperar la pelota. Si bien por cuestiones físicas no se pudo tener la intensidad requerida, el intento es válido y esperanzador. La línea de fondo tuvo algunos desacoples en Caruzzo e Insaurralde, sobre todo en el primer tiempo, que posibilitaron que Independiente llegara tocando un par de veces por el medio y quedara mano a mano con Luchetti, pero anoche vimos una de las mejores versiones de Luchetti desde que llegó a Boca, ágil para salir a cortar el mano a mano y seguro cuando se lo exigió desde afuera, sobre todo en el segundo tiempo, cuando el tiro de media y larga distancia fue la única arma del Rojo para preocupar.
En la fase ofensiva, a falta de Román, y no habiendo llegado aún Erviti (la obsesión de Falcioni, muy difícil por ahora, pero….), no se intentó inventar nada. Doble cinco en el medio (Medel-Méndez), con el pelado con más obligaciones ofensiva, los volantes abiertos por las bandas y con salida (Chávez y Colazo), un delantero por afuera (Mouche) y uno de referencia pero con mucha movilidad (Viatri). Una vez que se recuperaba la pelota se siguió adoleciendo de ideas para generar juego. Prueba de ello es que las mejores ocasiones vinieron de tiros de larga distancia, Insaurralde promediando el primer tiempo exigió al arquero rival, Chávez abrió el marcador con un zurdazo desde afuera del área luego de una buena subida de Méndez por el medio y Colazzo reventó el travesaño minutos después. Apenas comenzado el segundo tiempo, el segundo y definitivo gol fue un anticipo ofensivo en un corner de Insaurralde.
Los laterales subieron poco y cuando lo hicieron fue en forma alternada, se priorizó sobre todo la solidez defensiva y el cero en el arco propio, para lo que venían siendo los últimos tiempos no es un dato menor. Y si consideramos que del medio para adelante aún no debutaron las principales figuras del equipo, el panorama es esperanzador. No da todavía para echar campanas a vuelo, pero la ilusión está y no es descabellada.
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