A ver. Si me quedo solo con lo que vi ayer, ha sido un partido más de este Boca desangelado, un cero a cero que castiga a los dos por igual y que nos muestra porque están donde están. Boca en la exacta mitad de la tabla (de ganar ayer nos poníamos entre los 6 primeros, así de mediocre es este Torneo) e Independiente merodeando el fondo de la misma. Pero voy a tratar de buscar razones para un moderado optimismo.
Todo el campeonato hemos padecido de: no poder mantener la valla invicta, no tener volumen de juego y por lo tanto no generar muchas situaciones de gol. Hace dos fechas que no nos convierten goles y eso es un notición. Se puede argumentar que en la fecha anterior el rival fue un Huracán que no puede con su alma, pero ayer mismo ese Globo le ganó 3-0 a un San Lorenzo que venía con pretensiones de meterse en la conversación. Y ayer el cero se mantuvo ante un equipo que venía de meter 4 entre semana por la Sudamericana. No quiere esto decir que la defensa es un bloque sólido y sin fisuras ni mucho menos, pero al menos se está recorriendo un buen camino.
El otro tema sigue irresuelto. Hay que ser muy generosos para encontrar al menos tres chances netas de gol ayer. Y eso que por largos pasajes se dominaron pelota y terreno y que media hora completa del segundo tiempo se jugó con 3 delanteros netos, aún cuando el equipo quedó con 10 jugadores (que pedazo de pavo es Méndez, hacerse echar por protestar). Lo que da para el optimismo (quizás irracional pero de ilusiones también se vive) es la vuelta de Román, que aún no estando al 100% es seguro que solucionará el tema abastecimiento de delanteros y movimientos ofensivos del equipo (aunque sea con intermitencias, algo lógico luego de tan largo parate).
El objetivo debe seguir siendo el mismo, formar una base más sólida para ir por cosas grandes el año próximo. Ganar los dos próximos partidos será fundamental para este modesto objetivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario