4/10/10

Esto es lo que hay

   Boca es un equipo ciclotímico y que encima no tiene una gota de suerte. Mala combinación, muy peligrosa. Y esta derrota ante Lanús en casa por 1-2 ha sido la exacta muestra de este cóctel nefasto.

   De entrada a los 7´del primer tiempo, algo más que una “distracción” pone a Lanús en ventaja en su primer tiro al arco. Fue un error conceptual digno de un partido de solteros contra casados, después del asado y con bastante vino encima. Córner corto, le dan la pelota a Blanco y le hacen el uno dos a Medel que sale a marcar, Blanco recibe sobre el lateral, avanza hacia el área sin marca, sin nadie que le salga a evitar el tiro al arco, entra, se acomoda y es gol. Obvio, lógico y a remar desde atrás.

    Y Boca es ciclotímico, en el primer tiempo fue como pudo, chocó siempre, generó riesgo más por prepotencia que por juego, y llegó al empate en medio de rebotes luego de un corner y con un “carazo” de Insaurralde sobre el final del primer tiempo. Y como buen ciclotímico cambio radicalmente al comienzo del segundo tiempo y vimos 15´minutos de muy buen nivel metiendo a Lanús bien cerca de su arquero, llegándole por el medio a puro toque y por arriba a puro desborde desde las bandas (excelente lo del pibe Gaona Lugo hasta que se fundió y muy bueno lo de Clemente sobre izquierda). Pero la nafta se fue agotando junto con la paciencia y empezaron los cambios y ya no llegábamos tan claros, empezamos a chocar y a ir con más ímpetu que juego, caminando por la cornisa, porque las contras se insinuaban muy peligrosas aunque no se concretaran.

   Al principio hicimos hincapié en la falta de suerte. De que otra cosa se puede hablar en el final del partido, cuando en el descuento tenemos un tiro libre al borde del área, patea Caruzzo al rastrón, la barrera salta, la pelota pasa, el arquero despega hacia un palo y la pelota le pega en una pierna que queda estirada. De que otra cosa podemos hablar cuando dos minutos después en la contra que sigue a un corner a nuestro favor, llega un penal para ellos, con expulsión de Clemente incluida. Penal que fue, pero que tantas veces los árbitros ignoran.

    Desde ya que hay causas más profundas que la buena o mala suerte en este momento Xeneize, pero no es menos cierto que una pizquita de fortuna siempre es necesaria y que este equipo no tiene ni un gramo.

   Ahora se vienen otra vez horas difíciles. A la salida del vestuario otra vez Borghi manejó el tema de su alejamiento, prometiendo resolverlo en las próximas horas. La impresión que dejó es de estar más cerca de hacer las valijas que de seguir. Que quede claro que si lo hace es su decisión y no lo hará apurado por nadie, ni dirigentes, ni jugadores, ni por los hinchas que estamos demostrando una paciencia admirable, pocas veces vista en la centenaria historia de nuestro amado Club.

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