Me quieren mucho, sigo, poquito, nada, no sigo, me quieren, sigo, no me quieren no sigo. Dos veces en nueve fechas ya ha deshojado la margarita el Bichi, parece mucho, ¿no?
Después de cada episodio la cosa se “edulcoró” y primero “no se habló de renunciar, solo que objetivamente quedábamos lejos si perdíamos con Vélez”, el equipo reaccionó y jugó uno de sus mejores partidos. Ahora “solo puse el cargo a disposición para descomprimir la situación”, veremos si el domingo el equipo reacciona igual que la vez anterior.
La verdad es que Borghi renunció en el vestuario, y que después el apoyo total de dirigentes, jugadores e hinchas a través de foros, blogs, páginas partidarias y encuestas varias, lo hizo cambiar de opinión (previa discusión familiar y de cuerpo técnico).
Que los dirigentes le demuestren todo su apoyo es lógico. Esta dirigencia que tenemos, no se destaca por su aptitud precisamente, y otro escándalo no están dispuesto a soportarlo, por ende la continuidad del Bichi para ellos es fundamental, pues su salida desencadenaría otro culebrón por la sucesión, siendo que el único que cuenta con unanimidad no está dispuesto a asumir, no necesito escribir quién es.
El apoyo de los jugadores también es monolítico, principalmente a través de los referentes históricos (Battaglia, Palermo y Román) y de los “nuevos” con voz en el vestuario (Caruzzo, Luchetti, Cellay). Sería importante que tanto apoyo se materialice más en la cancha que en el vestuario o ante los micrófonos. Si pasara lo primero, no sería necesario lo segundo.
Capítulo aparte el comportamiento de los hinchas. No creo que exista antecedente de técnico que en 9 fechas, habiendo perdido 5 partidos, 3 de ellos en La Bombonera, no escuche insultos sonoros, ni cuestionamientos mediante trapos, carteles y otras yerbas. ¿Los hinchas de Boca nos hemos vuelto analíticos del fútbol, valoramos la conducta y sabiduría del técnico y por lo tanto nos imbuimos de una filosofía zen esperando pacientemente los triunfos y el funcionamiento que ya llegará?. Ni ahí. Me parece que el espanto de lo vivido hace poco y la incertidumbre sobre lo que pasaría en caso de portazo de Borghi hace que las encuestas en distintos medios den como mínimo un 60 % de apoyo al técnico.
Y no es que no se lo merezca. Además de ser una excelente persona, su personalidad tranquila y con tendencia a desdramatizar el juego cayó como un bálsamo en un Mundo Boca escaldado por un año y medio de continuos fracasos y revoluciones entre dirigentes y entre jugadores que se consumió sucesivamente a Ischia, Basile, Alves y Pompei.
Pero así como cae bien Borghi, su personalidad y su propuesta, no es menos cierto que con medio campeonato prácticamente consumido la cosa no arranca. El sistema de juego al que tozudamente se aferra no cuenta con los intérpretes adecuados o no es comprendido por los jugadores.
Si a vos te gusta y estás convencido de jugar con tres en el fondo, un doble cinco, dos carrileros, un enganche y dos delanteros (doble nueve o uno por adentro otro por afuera, es indistinto), y no tenés mayores problemas con los tres de atrás y los dos de adelante, pero no encontrás el “cinco” que acompañe a Battaglia (indiscutido), no tenés carrileros naturales, y probás a Méndez, Medel, Chávez, Marín, Gaona, Escudero, Giménez y Clemente, y recién ahora con el pibe Gaona encontrás alguna respuesta, mientras todos los demás alternan más malas que buenas, no tenés el enganche en base al que armaste todo, al menos por medio campeonato y no encontrás mayores respuestas en Cañete, Escudero o Chávez, ¿no es momento de ensayar otros esquemas?, ¿no hay posibilidades de un plan B?. Si no se ensayan variantes, tenemos un caso de testarudez extrema, y si encima la tranquilidad y desdramatización que se exhibe en el discurso no se corresponde con los hechos (dos amagos de renuncia en tan poco tiempo habla como mínimo de ciclotimia aguda), la situación es preocupante.
Porque, ¿qué pasa si perdemos contra Tigre el domingo?, ¿qué pasa si el regreso de Román no soluciona todo?, porque llegará el momento que el amago finalmente se concretará. ¿Y en ese caso, tienen algo programado los dirigente?, ¿o empezaremos otra vez con la novela del interinato y la sucesión?.
Borghi me cae bien, tanto como persona como sus antecedentes, creo que de su mano Boca puede jugar sólidamente, bien y conseguir muchos resultados. Pero los tiempos urgen. Las malas campañas anteriores no soportan otra mala más sin comprometernos seriamente el año que viene con el promedio. El espejo de nuestro archirrival, que ya consumida la cuarta parte de la temporada sigue en promoción (y eso que dos de los ascendidos están haciendo una campaña impresentable), es donde debemos mirarnos. Necesitamos urgentemente una temporada de 60 puntos para estar tranquilos y poder pensar en copas y otras yerbas, a este paso, los 30 puntos en el Apertura se antojan utópicos. Me cae bien Borghi, pero mi amor incondicional está con Boca, más allá de técnicos, dirigentes o jugadores. O sea, Bichi, arrancá o al próximo amago, las encuestas darán mucho menos del 60 %, yo al menos, cambiaré de columna. El hilo siempre se corta por lo más delgado. Aunque en este caso parezca un chiste.
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