Ayer murió el ex Presidente de la Nación Néstor Kirchner. Fue sorpresivo, tenía 60 años.
Nunca lo voté ni lo votaría, no compartí casi nada de lo que hizo, pero respeto el dolor de su familia y de sus seguidores convencidos (no de los por conveniencia).
Como esto es Argentina ahora se viene el período de las sobreactuaciones. Y dentro de las sobreactuaciones se destaca nítidamente la de los dirigentes del fútbol.
Mientras todos los demás deportes reprogramaron sus actividades dentro del fin de semana o para los primeros días de la próxima (el TC, el básquet, el vóley, el golf, el polo), los dirigentes del fútbol reunidos en AFA, en trámite sumario suspendieron toda la actividad del fin de semana y lo pasaron al próximo, según el manejo que instruyó cual control remoto Don Julio desde Suiza (que mal la pasa este hombre).
¿Era muy complicado reprogramar la fecha entre lunes y miércoles, postergando el partido de Independiente que juega el miércoles en Colombia?. Quizás sí, lo más probable es que nuestros preclaros dirigentes estuvieran tan apurados que no pudieron tomarse un par de horas para trabajar.
El asunto es que merced a esta sobreactuación de un dolor que no sienten en lo más mínimo la fecha pasa al otro fin de semana. Independiente que jugaba el sábado seguro jugará el domingo por el partido de Copa, entonces Rácing pasa al sábado (no pueden jugar el mismo día, según los iluminados de la seguridad) y entonces Arsenal pasa al domingo, por lo que, fija, Boca con el retorno de Román pasaría al sábado.
Pero hay algo peor para nuestros intereses. El superclásico que se debería jugar en la Heladera Gigante el 14 de noviembre según esta reprogramación, casi seguro pasará a hacerse entre semana. ¿Por qué?, sencillo, el club de Nuñez prioriza la realización de recitales en su estadio, que seguramente le deben dar muy buenos réditos, de hecho el 10 y 11 de Noviembre toca Paul McCartney y el sábado 13 los Jonas Brothers, por lo que no se llegaría a tiempo para desarmar todo y dejar en condiciones el estadio. Obviamente los dirigentes argumentarán que ellos previeron todas estas fechas con posterioridad al clásico, que esto fue un imprevisto y por lo tanto el partido se debe jugar entresemana porque ellos de ninguna manera aceptarán salir de su estadio. ¿Se planteó eso ayer en AFA por parte de ellos?, ¿lo hizo nuestro representante, o estaba demasiado ocupado en responder con rapidez al patrón y quedar bien políticamente?.
En resumen mucha precipitación, mucha improvisación y sobreactuación. El hincha, ese que paga la cuota o la entrada y por el que se sostiene todo el negocio, ese, no le importa a ningún dirigente. ¿Tampoco tuvo tiempo nuestro representante en AFA para quejarse del maltrato policial en Avellaneda?, seguro que el dolor por la muerte del ex presidente le nubló la memoria.