Llegó golpeado Boca a Bahía Blanca. Golpeado por historia y por actualidad. Por la historia mediata del último año y medio y de la cercana por el más que titubeante inicio de temporada. Y golpeado por la actualidad que obligó a varios cambios en el equipo titular. Así, al obligado ingreso de Erbes por el expulsado Medel, se sumaron los de Marín como stopper en lugar del lesionado Cellay, el del juvenil paraguayo Orlando Gaona Lugo como carrilero por derecha en lugar de Clemente, ausente por problemas personales y Escudero como carrilero izquierdo en lugar de Giménez, cambio táctico.
“Boca no está ni triste ni contento, está preocupado” dijo Borghi en la semana, y vaya si lo estaba. Por eso se debía un triunfo así, sufrido, luchado, no demasiado bien jugado pero demostrando personalidad sobre todo en el segundo tiempo, y una gran actuación de un jugador que venía de capa caída hasta ahora, Martín Palermo, el gran goleador, que esta vez no solo volvió a anotar, su segundo gol consecutivo, sino que también generó las asistencias que posibilitaron los otros dos goles del equipo, el de Viatri y el del debut de Insaurralde en la red.
Fue un 3-1 tan festejado como necesitado. No se jugó a gran nivel, no fue un partido espectacular como el triunfo ante Vélez, pero se volvió a ganar de visitante después de mucho tiempo, se lo hizo en una cancha donde a muchos se les va a complicar, se lo hizo ante un equipo que si bien es recién ascendido no por eso es menos duro y luchador y que había ganado en sus dos presentaciones como local, y que además, por primera vez en el torneo pierde por más de un gol.
Boca, tenemos que asumirlo por ahora, hasta que no retorne Román, es un equipo sin demasiado brillo, que deberá luchar mucho para ganar sus partidos, que debe tratar de hacerse más sólido atrás porque le cuesta mucho generar situaciones claras de gol, por problemas de funcionamiento (corregibles con trabajo y tiempo) y por características de muchos de sus jugadores. Esta vez, los ingresos del pibe Gaona (volante ofensivo o delantero) y de Escudero (media punta o volante ofensivo), le dieron más posibilidad de llegada clara y más chances de asociación a Pochi o Cañete, su reemplazante en el segundo tiempo. También fueron mejor abastecidos Martín y Viatri y de hecho se generaron más situaciones de gol que en los partidos anteriores, si bien varias fueron tiros de larga distancia aprovechando el campo mojado (llovía torrencialmente por momentos) y la pelota rápida. Pero así como se generó más adelante se sufrió más atrás, sobre todo en el primer tiempo. Grave fue la desatención defensiva que posibilitó el empate del local o solo dos minutos que Boca se pusiera en ventaja.
El tema es que volvimos al triunfo, van seis fechas y estamos a seis puntos de la punta. ¿Es una utopía pensar en el título?. La verdad es que la cosa pinta muy difícil. Hasta que vuelva Román, y esperemos que sea pronto y bien, Boca tiene que procurar volver al nivel exhibido en gran parte del partido con Vélez. De no llegar a ese nivel, queda luchar como hoy o como el sábado pasado ante San Lorenzo, ganará algunos y perderá otros, pero sin un urgente salto de calidad difícilmente podamos pelear este torneo. Lo lógico con tanto cambio de jugadores y de sistema es que todo esté bien aceitado para el próximo torneo. Pero esto es Boca y la urgencia es ya. Pero mientras esto sucede, volvemos de Bahía con una sonrisa, y en estos tiempos de “Boca preocupado”, eso no es poca cosa.
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