Choca Figueroa contra la defensa brasileña Foto La Nación
La Copa Sudamericana, salvo situaciones muy puntuales no es prioritaria para Boca. No lo fue cuando se ganó en el 2004, pero el muy mal Apertura que llevaba a cabo la transformó en objetivo deseable. Tampoco lo era en el 2005, pero el correr de los partidos y la posibilidad de lograr el hecho histórico de lograrla junto al Apertura de ese año, hizo que "el equipo de memoria" de Coco Basile luchara con denuedo para lograrla. En el resto de los años, siempre la prioridad internacional fue la Copa Libertadores en el primer semestre y el torneo local en el segundo. Este año, no solo no fue la excepción sino que quedó marcado a fuego desde el comienzo, cuando Ischia decidió enfrentar al último campeón de la Copa Libertadores, Liga Universitaria de Quito, con un equipo integrado casi en su totalidad con jóvenes provenientes de las inferiores del club. Como el resultado del "experimento" no pudo ser mejor, con la clara eliminación del equipo ecuatoriano, se caía de maduro que en la fase siguiente se seguiría confiando en el mismo planteo. Así llegó el viaje a Porto Alegre y una derrota dolorosa tanto por el resultado, cuanto como que se selló sobre el final. Desde ese momento y pensando en la revancha se comenzó a especular con la presencia de mayor cantidad de jugadores habitualmente titulares desde el inicio. Pero la remontada furibunda en el campeonato local que nos llevó en quince días de estar a ocho puntos de la cima a ser punteros, reafirmó la necesidad de seguir intentando seguir adelante con los "pibes".
Y se intentó nomás. La Bombonera colmada, la presencia de Román en el banco, las ganas de los que jugaron. Todo estuvo dado. Pero el rival también juega. Y el Inter se plantó con mucha seguridad y durante media hora fue el que mejor jugó. Solo en los quince finales del primer tiempo el ímpetu xeneize provocó algunos sofocones y situaciones de gol (tremendo primer tiempo de Mouche).
Pero en el segundo tiempo, el tempranero gol visitante comenzó a derribar las ilusiones. De poco sirvieron el ingreso de Román y el penal (¿inventado?) a D´atolo que Román (¡qué calidad!) transformó en transitorio empate. Un par de situaciones desperdiciadas, sobre todo la de Calvo (su mejor partido desde que nos dirigía el Virrey) parecieron darle vida al milagro. Pero una perfecta contra y el segundo gol de Inter, terminaron con todo y pusieron un telón negro a la noche.
Desde aquel lejano 2003, en que con gol de Pedrito Iarley, un ignoto por entonces, Sao Caetano nos ganaba por 1-0, la gloriosa Bombonera se mantenía invicta en torneos internacionales. Se terminó ese invicto y el Inter vengó sus eliminaciones consecutivas en 2004 y 2005.
Para terminar las palabras de D´alessandro marcan la importancia para ellos del triunfo....".....nuestra gente festeja ganarle a Boca, no importa que ahora no podamos ganar la copa....." . Festejá vos también Andrés, no muchas veces te has ido vencedor del Templo del Fútbol y menos veces has ganado copas.....
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