Agridulce por momentos virando al amargo. Porque estuvimos 2 veces en ventaja (que monstruo es Pipa) y no la supimos mantener. Porque seguimos sufriendo horrores con las pelotas cruzadas, y pasan los dt, los jugadores y los años y es un problema irresuelto. Porque debíamos haber jugado 70 minutos con un jugador más y jugamos 25 minutos con uno menos. Porque nos dirigió un personaje que no está a la altura para dirigir el fútbol argentino (al menos en lo que se autopercibe el fútbol nuestro como negocio exportable a todo el mundo). Porque jugamos un relativamente buen primer tiempo salvo en el inicio y en un bache luego del empate parcial de ellos, pero en el segundo tiempo resignamos posesión y presión alta apostando a un contragolpe que no llegó y no teniendo, por ahora, seguridades defensivas como para sostener una defensa cercana a nuestra área. Si bien hay que reconocer que hasta la expulsión de Fabra (insólita) ellos no llegaban ni preocupaban y que solo llegaron al empate en medio de un vendaval de agua y viento que se desató de golpe y que hizo que en el momento del empate la visibilidad fuera muy cercana a 0. Tranquilamente el árbitro pudo pararlo, minutos antes o después de ese empate, para esperar que amainara un poco la lluvia, cosa que sucedió a los pocos minutos. Pudo pararlo a los 35´ cuando ya la cancha estaba absolutamente inundada, sin embargo siguió y siguió, parecía que solo aspiraba a llegar a los 45´y terminarlo ahí. Pero no. Como si todos los desaguisados que ya había cometido hubieran sido pocos, paró el partido faltando 2 minutos (más 4 que agregó luego) durante 20 minutos para esperar que drenara el campo de juego. Llegó el espectáculo de 7 asistentes con secadores de goma, cual si estuvieran secando el baño luego de la ducha, algo lamentable para lo que se pretende ser. Obviamente con los jugadores ya fríos, esos 6 minutos languidecieron rápidamente.
En resumen, desde los números estamos bien. Se sigue invicto y en el lote de arriba. Desde el juego, Sebastián puso en cancha el esquema y los jugadores que pedimos toda la semana. Queda la incógnita de porque se afloja el ritmo en los segundos tiempos en ventaja, falta trabajo y concentración en los últimos minutos, en los 4 partidos nos metieron un gol pasando los 80 minutos de juego, algo que no puede ser si se tiene pretensión de ganar cosas. Esto, en Copa Libertadores puede ser fatídico. Seguimos siendo un equipo en formación, por suerte con buenos números aún, pero el tiempo empieza a apremiar y se hace imperativo mejorar. Paciencia y a seguir.