Si las victorias llaman a las victorias, generando in círculo virtuoso donde todo sale bien, la inversa se da con las derrotas. Entonces la pelota pega en el palo y sale, el arquero rival es figura y siempre hay alguien en la línea para sacarla. Y en esta última fase está Boca.
Evidentemente nos está costando caro la traumática eliminación de la Libertadores. Ya algo se podía entrever con el intespestivo cambio de esquema resuelto en el último entrenamiento por el Vasco. Si nos guiamos por el resultado, no fue efectivo al final. Si lo analizamos desde el juego, Boca lució mas aguerrido en el medio para cortar al rival, pero careció de volumen de juego para instalarse en el campo adversario. No sufrió en todo el primer tiempo, pero solo tuvo una llegada sobre el final de la etapa con un cabezazo de Monzón.
Sin cambios en el comienzo del complemento, quedó claro lo cambiado que viene el paso de Boca. Asistencia de Chávez, definición de Osvaldo y tapada imposible del arquero. Asistencia de Osvaldo, definición de Chávez y otra imposible del arquero. Todo en 15'. Y para confirmar lo del paso cambiado, un centro a la desesperada, anticipo de Cubero a Monzón, reacción lenta de Orión y en desventaja.
Minutos antes de esto, Calleri había reemplazado a Osvaldo en un cambio difícil de entender porque era de lo mejor junto a Meli y Bentancur. Luego del gol entro Palacios por Colazo, algo lógico. Pero en unos minutos se va expulsado Gago, que coronó así una noche bien opaca. Ahi se terminó todo, porque todo quedó a merced de la puntería del local en las contras. Pavone había perdonado una, pero no perdono la segunda y el partido se liquidó así. Igual hubo tiempo para que Calleri perdiera un mano a mano y al Cata le sacaran un cabezazo en la línea.
Boca necesita urgente parar esta caída. Por suerte queda un solo partido antes del receso. Ahí será imperioso poner la cabeza en frío y volver a las fuentes que hace menos de un mes nos hacían tener un andar arrollador.
Evidentemente nos está costando caro la traumática eliminación de la Libertadores. Ya algo se podía entrever con el intespestivo cambio de esquema resuelto en el último entrenamiento por el Vasco. Si nos guiamos por el resultado, no fue efectivo al final. Si lo analizamos desde el juego, Boca lució mas aguerrido en el medio para cortar al rival, pero careció de volumen de juego para instalarse en el campo adversario. No sufrió en todo el primer tiempo, pero solo tuvo una llegada sobre el final de la etapa con un cabezazo de Monzón.
Sin cambios en el comienzo del complemento, quedó claro lo cambiado que viene el paso de Boca. Asistencia de Chávez, definición de Osvaldo y tapada imposible del arquero. Asistencia de Osvaldo, definición de Chávez y otra imposible del arquero. Todo en 15'. Y para confirmar lo del paso cambiado, un centro a la desesperada, anticipo de Cubero a Monzón, reacción lenta de Orión y en desventaja.
Minutos antes de esto, Calleri había reemplazado a Osvaldo en un cambio difícil de entender porque era de lo mejor junto a Meli y Bentancur. Luego del gol entro Palacios por Colazo, algo lógico. Pero en unos minutos se va expulsado Gago, que coronó así una noche bien opaca. Ahi se terminó todo, porque todo quedó a merced de la puntería del local en las contras. Pavone había perdonado una, pero no perdono la segunda y el partido se liquidó así. Igual hubo tiempo para que Calleri perdiera un mano a mano y al Cata le sacaran un cabezazo en la línea.
Boca necesita urgente parar esta caída. Por suerte queda un solo partido antes del receso. Ahí será imperioso poner la cabeza en frío y volver a las fuentes que hace menos de un mes nos hacían tener un andar arrollador.
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