18/9/11

Señores, hay equipo

   Era “la” prueba de fuego. El partido que nos iba a mostrar donde estaba parado el equipo. El que iba a decir si lo bueno que se insinuaba tenía una base sólida.

   Y a minutos de terminado el partido con Lanús, podemos decir con inmensa alegría, que el equipo superó la prueba con creces, se trajo un triunfo por 2-1 de un reducto más que difícil y dio la prueba de carácter que todos soñábamos.

   Alrededor de tres años sin ser únicos punteros de un torneo. Más o menos la misma cantidad de tiempo sin ganar tres partidos al hilo. Tres años, una brisa en la vida de cualquier persona, una eternidad para un club de fútbol acostumbrado (sobre todo en los 10 años anteriores) a pelear bien arriba y cosas importantes.

   Hoy se rompieron esas rachas negativas, y sobre todo, hoy podemos reconocer que por primera vez en esos tres años, tenemos un equipo que se puede reconocer en la historia del club.

   Ese equipo no se formó de la noche a la mañana. Ha sido largo el camino, y ya hace varias fechas que lo veníamos presintiendo, pero nos faltaba esta prueba para confirmarlo. Un rival de fuste, que venía tan puntero como Boca y que jugaba en su cancha. Por si fuera poco, el último rival que nos había vencido, allá por la mitad del torneo anterior.

   Boca supo como jugar y fue superior, sobre todo tácticamente, todo el partido. Cuando tocó apretar en el medio, mordió todas las pelotas. Cuando las recuperó, Román movió los hilos con su magia habitual. Cuando tuvo que retroceder lo hizo con criterio y no sufrió demasiado, porque la defensa mordió tanto o más que el medio campo.

   Estuvo en ventaja a los 5´, pero no fue casualidad, porque para ese momento ya había generado 2 situaciones de gol.

   Sufre el empate al minuto del segundo tiempo, en desgraciada jugada de Insaurralde en contra de su arco. Soporta bien el amague de asedio de Lanús, vuelve a controlar el partido, llega a la ventaja antes de los 20´y en ningún momento el local logra estar a tiro de empate hasta el final.

   Si algún defecto se le puede buscar al juego del equipo, es que aprovecha poco las situaciones que genera, por lo que el riesgo de un gol fortuito que cambie el resultado siempre está (por suerte hoy, fue al comienzo del segundo tiempo y hubo tiempo para revertir), y que los centrales (Schiavi e Insaurralde) rifen tantas pelotas saliendo con rechazos fuertes y altos, aún en situaciones que posibilitarían una salida más clara. Pero esto a esta altura de la noche es buscar el pelo en la leche.

   Román es un monstruo que hace algo bueno de cada pelota que toca, pero ahora, a diferencia de lo que pasaba hasta hace poco, además de aguantar prácticamente los 90´(esto no implica que pueda jugar 3 partidos por semana, olfateamos que será baja ante Estudiantes), tiene un equipo que lo respalda atrás.

   Un equipo que juega corto, con los defensores cerca de la mitad de la cancha cuando se ataca, con los delanteros corriendo rivales en el medio campo cuando toca defenderse. Un equipo que intenta tocar cuando se puede, que busca el desborde, que tiene variantes y muchos jugadores que llegan a posición de gol. Como muestra, el segundo al hilo de Erviti y las situaciones que tiene Rivero llegando vacío.

   Todavía no se llegó a la mitad del torneo. Obviamente hay mucho que mejorar. Todo es muy parejo y hasta el rival menos pintado te puede sorprender.

   Pero, señores, hay equipo, y después de mucho tiempo, tenemos licencia para soñar.

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