23/5/11

La maldición del tercer triunfo al hilo

   Estaba todo dado para tener un domingo redondo. Rácing había caído en su visita a Quilmes y el ingreso a la Sudamericana podía quedar a un paso (dos puntos en realidad). Los de la banda que se vienen en banda habían vuelto a dar risa y “el mejor arquero argentino” se había empatado solo un partido que tenían ganado y por lo tanto seguían hundidos en la promoción. Pero para redondear todo esto tenía que ganar Boca a última hora. Tenía que ganar su tercer partido al hilo después de casi tres años sin hacerlo. Tenía que ganarle a un Arsenal ultra comprometido con el promedio de descenso. Tenía, pero no pudo.

   Otra vez se regaló un tiempo. En este caso el primero. Sin Román, otra vez Falcioni apostó a su fetiche, Erviti, y otra vez, este no pudo siquiera justificar el esfuerzo de traerlo, ya que no el de ponerlo. A los tres minutos a punto estuvo Martín de marcar la apertura. Desde allí hasta el final del primer tiempo, Boca fue la nada misma. Inconexo en ataque, flojo en el medio y distraído atrás, la derrota por solo un gol puede considerarse un premio teniendo en cuenta que Arsenal, con poco, dispuso de al menos 4 opciones netas de gol, todas generadas por la inmovilidad absoluta del fondo Xeneize.

   Distinto fue el segundo tiempo. En tren de ser objetivos, esta vez Falcioni tomó decisiones acertadas en los cambios. El ingreso de Viatri desde el arranque por un inexpresivo Colazo dio frutos a los pocos minutos con el gol del empate. A partir de ahí parecía todo controlado y que el gol del triunfo era cuestión de minutos. El medio dominaba, el fondo no sufría, la delantera llega al gol, y el línea lo hace anular.

   Todo tranquilo y controlado, hasta que a Luchetti se le ocurre, por si alguien tenía dudas, demostrar porque no hay que comprarle el pase en junio. Salió ni el sabe a que en un centro intrascendente y gol de Arsenal y a empezar de nuevo.

    Ahí un nuevo cambio acertado, vuelve el burrito Rivero luego de la larga lesión por fractura del maxilar y en poco más de veinte minutos hace más que Erviti (el reemplazado) en todo el campeonato. Se vuelve a dominar, el empate llega por aprovechamiento de un error defensivo del rival, y no se gana por dos estupendas intervenciones de Campestrini ante tiro de Chávez y un cabezazo de Palermo cuando el partido se moría.

   Fue empate en 2, no se pudo hilvanar la tercera victoria al hilo (¿maldición?), se llevan seis partidos sin derrotas, y eso es muy positivo, se siguen sumando puntos y todavía se está en carrera para la Sudamericana (a 4 puntos de Rácing).

   Pero se debe mejorar demasiado todavía y el torneo ya se está acabando. Solo cabe esperar el buen criterio de Falcioni para reforzar adecuadamente el plantel para el segundo semestre. Entre su buen criterio y el de la dirigencia, seguro, no dormiremos tranquilos.

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