Volvió a ganar Boca, lo volvió a hacer con gol (golazo) de Román (y de tiro libre), y es una gran noticia, estamos todos aliviados y nos espera una semana tranquila (por fin)
La victoria se logró como visitante, en un reducto difícil y ante un rival que, si vencía, se prendía en el lote de punteros. Como estará el fútbol argentino, que si Colón con lo que mostró ayer está para pelear arriba…..
Pero el alivio, más que la alegría, no tienen que hacer la perspectiva. Solo se ha dado un pequeño paso, en un camino largo en el que marchamos en la retaguardia.
Falcioni evidentemente plantó en la cancha un equipo pensado para no perder primero y para buscar los tres puntos como objetivo secundario. En busca del pregonado equilibrio armó un bloque con 6 jugadores defensivos, distribuidos en dos líneas de tres (Cellay-Caruzzo-Insaurralde en el fondo y Calvo-Somoza-Clemente por delante de ellos), y 4 jugadores ofensivos adelante, distribuidos en dos líneas de dos, con Chávez y Erviti moviéndose por todo el frente, intentando asociarse con Román, que jugó por largos momentos como virtual mediapunta detrás de un solitario Palermo.
Eso en la teoría. Llevado a la práctica, el bloque defensivo enredó a Colón en una telaraña de la que salió pocas veces, la mayoría de ellas con tiros desde afuera del área (dos tremendas intervenciones de Luchetti) o con centros cruzados que volvieron a complicar a una defensa numerosa pero desatenta (amontonar jugadores no significa defender con solvencia). En el ataque se adoleció de lo mismo de todo el torneo, falta de volumen de juego. Román, extrañamente impreciso en los pases, perdió muchos mano a mano y se dejó anticipar demasiadas veces, sobre todo en el primer tiempo, cuando jugó más de punta. Chávez y Erviti, los encargados de acompañarlo, muy voluntariosos y corredores, desdoblándose en ataque y defensa, insinuaron más de lo que aportaron, y Martín, sigue perdido arriba, entre medio de tres defensores que lo absorbieron por completo. En la única que tuvo, un centro perfecto, un cabezazo que es gol habitualmente, se fue demasiado lejos. Gran interrogante es su presencia el próximo domingo, más teniendo en cuenta que fue reemplazado promediando el segundo tiempo. Hecho inédito hasta ahora.
Boca fue profundo cuando subió por sorpresa Clemente y llegó al fondo, previas combinaciones con Román, si bien no lo hizo con frecuencia. Calvo subió poco y nada, se priorizó sobre todo el orden defensivo. El partido se destrabó con un soberbio tiro libre de Román desde la derecha. ¿Se dio cuenta Pozo que el que tiraba era Riquelme y es suicida poner un solo jugador en la barrera?, caro pagó el arquero local esa confianza y encima se jugó a buscar un centro que jamás llegó.
En suma, un triunfo necesario como el agua, que algo de tranquilidad y suma en las dos tablas (sí, de esa otra también es hora de ocuparse), pero falta un largo trecho para estar conformes. El domingo una prueba de fuego de aquellas, viene a La Bombonera, el puntero Estudiantes, al que hace un rato largo que no le podemos ganar. Será un listón mucho más alto que Colón. Será otra nueva medida de donde estamos parados. Pero eso será el próximo domingo. Por ahora a disfrutar de un lunes FELÍ.
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