Noche de paradojas

El fútbol es generalmente injusto. Y anoche se le ocurrió ser justo de manera injusta. Traducción: Boca no merecía ganar, pero ganaba, se lo empataron en el minuto 95 con un penal que no fue. 

Claro que para que sucediera tamaña injusticia  Boca colaboró desde el primer minuto hasta esa última jugada.

Guillermo repitió esquema y mismo equipo del medio hacia arriba que logró un pálido triunfo ante Newell's. Solo cabía esperar otra pálida actuación. Y así fue. La manta corta a pleno. Sufrió poco y lastimo poco. Los laterales no suben, los volantes no rompen hacia adelante.  Solo queda el desordenado empuje de Pavón, algún pase filtrado de Gago y velas prendidos a Benedetto. Demasiado poco para pretender campeonato. Y así y todo en ese paupérrimo panorama ofensivo, el Pipa le sacó agua a las piedras, aprovechó una falla defensiva y facturó. Faltaban 15 minutos y el descuento que se consumían entre la tibieza del local y el pánico escénico de Boca que sabía la importancia fundamental de un triunfo por el que poco había hecho y al que se aferraba temeroso de lo peor. Y lo peor llegó con la injusticia del final, que no se hubiera producido si el recién ingresado Zuqui no hubiese hecho un folleto estúpido cerca del medio campo (voltear a un rival que está de espaldas y encerrado contra la raya ) que le dio a Huracán un último centro que culminó en el empate vía penal inventado.

Se cerró así una noche de paradojas, en la que "El" equipo de la "Afa bostera", el mismo al que no le dan un penal hace más de un año, compromete seriamente la chance de ser campeón con un penal inventado en el último segundo. Nadie se quejará ni levantará banderas de indignación. Imagínate si fuera al revés