En San Luis, ante un combinado local, y con gol de Gigliotti a los 15´del primer tiempo (tremendo cabezazo “palermiano”), Boca obtuvo su tercer triunfo consecutivo en amistosos de pretemporada.
Como en todo partido de preparación, se vieron cosas interesantes y otras preocupantes. En el primer rubro, el intento constante de progresar por abajo, a puro toque, con Román como eje y con buenos pasajes de Jesús Méndez, que alterno esos buenos pasajes con arrestos individuales que condicionaban la salida y comprometían al equipo a contrapierna. En el rubro preocupante, algunos desarreglos defensivos (siempre solucionados por Orión), y sobre todo los errores en la salida (mal en ese rubro Ribair), que dejan al rival de cara al arco.
Los mejores pasajes de Boca se vieron hasta el gol de Gigliotti, y los últimos quince minutos con el ingreso de Sánchez Miño por Ribair, pasando Ledesma al medio y Méndez a la derecha. En todo esto se ve que Bianchi está intentando diagramar un equipo que se ajuste a la idea de juego que se pretende tener en este semestre. También es de destacar la buena prestación de Cángele que entró por Gigliotti y mostró desenfado para encarar y desbordar por la banda, cosa que le sigue faltando a un Burrito Martínez muy enredado y errático.
Falta mucho trabajo por delante, pero a diferencia de la pretemporada de verano, la idea de juego está instalada. Ahora es cuestión que Bianchi seleccione correctamente a los intérpretes. En eso se está. Tranquilidad y confianza es lo que debemos tener en estos momentos.
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